Opinión

¿Cómo la Alianza del Pacífico planea reducir la brecha digital y educativa?

Es caleño, administrador de empresas, egresado de la Universidad Icesi. También posee un master en negocios internacionales de dos universidades estadounidenses. José Luis Parra vive desde hace varios años en Chile y hoy es el director del Observatorio Estratégico de la Alianza del Pacífico auspiciado por la Universidad Católica de Chile, que se encarga de realizar investigaciones para identificar las carencias y ventajas de ese grupo de países. Y en el marco de esa tarea considera que lo urgente es reducir la brecha digital, además de una mejor educación.

¿Por qué un Observatorio para la Alianza del Pacífico?

Hay un gran esfuerzo de los cuatro gobiernos (Chile, Colombia, Perú y México) por avanzar en lo que se conoce como la integración profunda en el tema de libre tránsito de bienes, servicios y capital. Por eso la importancia de contar con este tipo de observatorio. Existe, asimismo, un aporte del sector privado vinculado a los gobiernos.
Y dentro de ello, quizás un aspecto fundamental es la vinculación de los sectores público y privado en el impulso a la educación, algo que faltaba en todo esto. Era ese aporte que faltaba de los académicos hacia los gobiernos para generar contenidos, información y estudios relevantes para tomar decisiones en el seno de la Alianza.

¿Eso significa que la Alianza no es solo comercio?

La Alianza del Pacífico no es solo un acuerdo comercial. Por eso cuando se habla de integración es en todos los ámbitos. La Alianza tiene 29 grupos de trabajo los cuales abordan desde los temas de género, movilidad estudiantil y laboral, pasando por aspectos migratorios, movimiento de fondos de pensiones, las pymes hasta la innovación y el emprendimiento.
Las universidades tienen expertos académicos en todos estos campos. Cómo no aportar con información contundente a la Alianza con estudios e investigaciones para ayudar a la toma de decisiones.
Lastimosamente las universidades han venido perdiendo ese relacionamiento con el mundo real. Un ejemplo de ello es la agenda digital que tiene cuatro ejes programáticos. La economía digital será la cuarta revolución industrial, y América Latina puede dar ese salto, pues tenemos todo el potencial, pero requerimos superar esas brechas en el sector educativo, y allí las universidades tienen un papel clave para formar a los profesionales que la empresa privada necesita.
La Alianza no es la solución única para el desarrollo de nuestras economías. Si los países no hacen el trabajo interno en educación, inversiones, tecnología, buenas prácticas, etc, podría morir en el corto plazo.

¿De qué tamaño es el rezago digital en América Latina y sobre todo en los países de la Alianza?

La brecha digital es muy alta. Si se observan las últimas informaciones, el año pasado la economía mundial movió US$4,2 billones en ese campo. Eso significaría algo así como la quinta economía del planeta.
El 50% del comercio se mueve a través del mundo digital más el 15% de los bienes. Hacia el año 2025 eso será mucho mayor. En las economías industrializadas lo digital representa entre un 5% y un 9% de su Producto Interno Bruto, PIB.
No hay estudios actualizados respecto a América Latina, pero sí una investigación de la Universidad de Oxford que menciona que para el año 2025 el 47% de los empleos que hoy existen van a desaparecer, de ellos un 67% en Latinoamérica.
Eso significa que los trabajos del futuro todavía no se han creado. Y eso es un reto para las empresas privadas, los gobiernos y las universidades para conformar esa nueva oferta laboral. Esos nuevos empleos están en la biotecnología, la robótica y la telemedicina, entre otros.
En Cali, durante la cumbre se anunció la vinculación de Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Singapur a la Alianza. ¿Es favorable tener más países en ese bloque, pues el decir es que demasiados socios puede volverse un problema?
Hay distintas opiniones al respecto. Pero la Alianza desde su concepción siempre tuvo una mirada de ser un puente con el Asia Pacífico y cómo podrían integrarse esas economías con valores similares respecto a las democracias, la apertura comercial y el modelo económico para el desarrollo de sus habitantes. Son miradas que se comparten, aunque hay divergencias en muchas áreas. Sin embargo, en lo medular esos modelos de desarrollo son similares a los de la Alianza.
Soy un convencido de que la Alianza al vincularse con economías más desarrolladas podría favorecerse mucho. Esos cuatro países han logrado industrializarse merced a su modelo de apertura económica hacia el mundo. Se van a traer muchos avances en educación, migración, tecnologías nuevas e inversiones.

¿A qué atribuye que Colombia no haya hecho una verdadera incursión comercial en el Asia, algo que ahora apenas estamos viendo?

Colombia le ha dado la espalda al Pacífico y por eso hoy es la zona más pobre del país, con un problema de infraestructura vial muy complejo que hace que los costos de movilización sean altos.
En los últimos 25 años los países del Asia son los que han tenido un mayor nivel de desarrollo, lo cual debe impulsar a Colombia a dar ese salto, pues los conflictos internos del pasado, y hasta el proteccionismo que tuvo el país, ya están superados.
Colombia tiene desventajas porque no es miembro del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, Apec, creado en 1989. Y tampoco fue invitada a participar en el Acuerdo Transpacífico, pero esta es la oportunidad para hacerlo.
Si el país se mueve rápidamente no tiene por qué esperar más para subirse a este tren del desarrollo y sus relaciones con Asia Pacífico, tal como lo hacen hoy Perú, Chile y México. En nuestro caso este es un trabajo de por lo menos diez años para lograr resultados concretos y visibles.
¿Es factible que en corto tiempo se pueda vincular EE.UU. a la Alianza, pues también tiene costas sobre el Pacífico?
No. Hoy, Estados Unidos está bajo una mirada proteccionista encabezada por el presidente Trump, lo cual no tiene cabida en la Alianza. Y en segundo lugar desde el inicio tiene un interés de ser un país observador, pues Estados Unidos tiene convenios bilaterales con los cuatro países. Por lo tanto, con ese país hay es un trabajo de cooperación desde hace muchos años con América Latina, el cual se va a mantener, así sea con altibajos.
Hasta el momento, ¿cuál es el primer beneficio logrado por los países de la Alianza en estos años?
El turismo sin duda ha sido el mayor beneficiado, todo gracias al creciente movimiento de personas entre los cuatro países. Hacia México, ese movimiento ha sido altísimo, un país que solo en 2016 recibió 35 millones de turistas, mientras a Chile y Perú llegaron 3,5 millones de visitantes.
Hoy, algunas agencias están conformando paquetes turísticos hacia China para que vengan a visitar los cuatro países de la Alianza.
De allí que el potencial turístico al interior de la Alianza sea enorme, pues hay ofertas desde turismo de aventura, hasta de negocios, ocio y vacacional.

¿El observatorio qué estudios e investigaciones adelanta hoy?

Está trabajando en ocho proyectos, y entre ellos uno sobre exportación de servicios abarcando trámites, temas laborales, costos impuestos, etc.
También el tema de la agenda digital y cómo conformar una para inconporar las últimas tendencias en este campo. Asimismo, se trabaja en la generación de un índice de emprendimiento para América Latina para detectar las brechas de oportunidad que existen en los cuatro países.

Fuente: El País de Colombia

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