Opinión

Gobierno y Latinoamérica

El ex senador y representante diplomático afirma que existe una oportunidad histórica para el sector en América Latina aprovechando el mal momento de la izquierda en la región. De paso, valoró la forma en que el Mandatario resolvió el impase por la nominación de la embajada en Argentina.

YA NO está en la primera línea política, pero siempre es un referente para ser consultado sobre temas de la alta política, dada su experiencia y trayectoria como líder de la centroderecha chilena.

Pasando el fin de semana largo en Olmué, el ex senador de Renovación Nacional y ex embajador en España durante el primer gobierno de Sebastián Piñera conversó con EL MURO y evaluó el primer mes y medio del Canciller Roberto Ampuero, el amargo episodio del fallido nombramiento de Pablo Piñera como representante de Chile en Argentina, y los desafíos que tiene en la actualidad la derecha en el continente para proyectar sus ideas tras el sonado fracaso del denominado “socialismo del siglo XXI”.

¿Cómo ha visto el proceso para nombrar embajadores?

Ha sido más lento de lo habitual.

¿A qué atribuye esa lentitud?

Se han juntado una serie de factores. Uno de ellos fue el tema de La Haya apenas se inició el gobierno, debiendo concentrar ahí los esfuerzos, y luego vino la Cumbre de Las Américas en Lima.

¿Cómo evalúa el desempeño del Canciller Roberto Ampuero en este primer mes y medio de gestión?

No es un tema fácil instalarse, pero está haciendo su trabajo y en una etapa de aprendizaje, introduciéndose en los temas, y pienso que lo va a lograr bien.

El es una persona inteligente, abierta, dialogante, y que tienen una mirada distinta, la visión de un humanista en las materias internacionales, lo cual es bastante novedoso, porque normalmente están los Heraldo Muñoz, personas del mundo diplomático.

Todavía es muy prematuro hacer análisis y está por verse cómo se va a desempeñar.

A su juicio, ¿qué se buscó con su nombramiento?

Darle un tratamiento distinto a la mirada que se tiene de Chile en el exterior. El Presidente y el Ministro de Relaciones Exteriores son las dos caras más visibles de la imagen que tienen los demás países de una determinada nación. En ese aspecto, el rol del Canciller es fundamental para proyectar una determinada percepción. Y lo que se ve es un escritor con un marcado acento humanista, dando cuenta de un país diverso, que tiene matices.

¿Lo ve con las capacidades y red de contactos necesarias para llevar adelante su labor?

Eso tiene que demostrarse y es prematuro pronunciarse al respecto. Pero este año va a ser fundamental para que el ministro Ampuero se pueda afirmar en el cargo.

¿Cómo evalúa el episodio de la embajada en Argentina?

Soy bastante positivo. Pienso que la salida fue correcta, ya que si hubo un error, fue rectificado rápidamente, en el sentido de que el escenario que se planteó no se esperaba que sucediera en términos tan agudos, de una oposición tan fuerte.

La reacción del Presidente en ese contexto fue adecuada. El mostró que había un interés del país por sobre cualquier otro interés.

Entendiendo que esa embajada es importante para el gobierno del Presidente Piñera.

Muy importante. Ahora, mirado desde el punto de vista argentino, esa designación fue entendida como un gesto de amistad, y eso se lo escuché al director de la Fundación de PRO ahora que estuve en Brasilia.

¿Cuál debiese ser el perfil de quien asuma en ese país?

Tiene que ser una persona de la confianza del Presidente, porque las relaciones con Argentina, Brasil y Perú son muy trascendentes para Chile. Porque se ha producido un cambio de escenario muy importante en América Latina. Hoy existe una mayoría que está marcando un antes y un después.

El retiro de seis países importantes de UNASUR es una muestra de que está quedando solo un residuo del socialismo populista que existió hace unos años atrás y que ahora está en retirada.

El rol del Presidente Piñera en la región

En este nuevo contexto, ¿Hay una oportunidad para la centroderecha de agruparse como bloque en el continente?

Debería. Frente al Foro de Sao Paulo como expresión de una izquierda radical y populista, nosotros debemos plantearnos en el Foro de Santiago, y digo Santiago, porque la UPLA (entidad que agrupa a los partidos de derecha de la región, y de la que Sergio Romero es vicepresidente) se reunirá en nuestra capital en junio próximo, y debiese ser un foro de la centroderecha donde se plantee esta emergencia de las clases medias, que ha sido una característica de los gobiernos del sector, y que es la que está mandando en la actualidad en las definiciones electorales.

¿Ese foro debiese asumir también como bandera de lucha el combate contra la corrupción?, entendiendo que ese problema fue el que provocó la debacle de la izquierda en América Latina.

Hoy lo que marca la diferencia es el tema de la transparencia, y la centroderecha de la región también tiene que levantar esa bandera y la del bienestar, como un concepto que va más allá del desarrollo económico.

¿Es una oportunidad para el Presidente Piñera liderar este bloque regional de centroderecha?

Exactamente. Y este es un acuerdo de la UPLA de comenzar a esbozar este nuevo planteamiento. Nosotros lo hicimos ahora en Brasilia con el resto de los partidos de Chile Vamos. Lo cierto es que hay 14 países agrupados en esta entidad, que actualmente es la más representativa de la región.

Nosotros tenemos una responsabilidad y una obligación de que esto represente un frente ideológico y no estadístico como le llamo yo.

Fuente: El Muro