Opinión

Fortalecimiento de las relaciones bilaterales Chile-Colombia

Cada año celebramos con entusiasmo los sólidos lazos de amistad y fraternidad entre los pueblos de Colombia y Chile, y el 2018 no es la excepción. En las últimas dos décadas las empresas chilenas han invertido más de US$20.000 millones en Colombia y se han instalado alrededor de 150 empresas que han generado más de 100.000 empleos directos. Por su parte, empresas colombianas han invertido alrededor de US$6.000 millones y han creado alrededor de 40 empresas en tierras australes. La celebración del presente año de la Independencia colombiana se da en un tiempo de grandes cambios a nivel global y regional.

La celebración del presente año de la Independencia colombiana se da en un tiempo de grandes cambios a nivel global y regional.

Se reconoce que las relaciones bilaterales se remontan al siglo XIX a los postreros años de la indepen-dencia de ambos países, a través del convenio de Amistad, Liga y Confederación, suscrito en 1822.

En una visita oficial del entonces Presidente Eduardo Frei Montalva a Colombia en 1966, surgió una fuerte relación de amistad con el Presidente Carlos Lleras Restrepo que daría origen a la creación del Pacto Andino aún vigente, del cual Chile participó hasta el año 1976.

En materia de acuerdos comerciales, el otro hito importante se produjo con la negociación del Acuerdo de Complementación Económica (ACE No. 24) en 1993, que entró en vigencia en abril de 1994.

El 27 de noviembre de 2006 se firmó el nuevo TLC que incorporó capítulos de Servicios, Inversiones y Compra Públicas y profundizó en otras disciplinas como: Normas de Origen, Procedimientos Aduaneros, Facilitación del Comercio, Políticas de Competencia, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias y Obstáculos Técnicos al Comercio. Este acuerdo entró en vigencia el 8 de mayo de 2009.

Adicional a los avances positivos obtenidos en los últimos diez años en materia de intercambio comercial e inversión entre ambas naciones, definitivamente la conformación en el año 2011 de la Alianza del Pacífico (AP) ha venido a impulsar los lazos de cooperación e integración profunda entre los países miembros de la AP: Chile, Colombia, México y Perú. Los mecanismos de trabajo de la AP que van desde las cumbres presidenciales, reuniones del Grupo de Alto Nivel (GAN) conformado por los viceministros de comercio y relaciones exteriores, además de la participación activa del sector privado representado por el Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP), entre otros mecanismos, ha permitido estrechar los lazos de confianza y apertura de diálogo entre los países.

Chile ha sido partícipe desde el inicio en la mesa de Diálogo por la Paz en La Habana, Cuba (2012) entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.

Desde la entrada en vigencia del Acuerdo de Paz en noviembre 2016, los niveles de muertes ocasionadas por el conflicto armado han caído drásticamente. Otra consecuencia nefasta del conflicto es la cantidad de personas despla-zadas por la guerra.

Cuando se consolide el proceso de paz en Colombia iniciado por el Presidente Juan Manuel Santos, se espera que la economía colombiana deberá alcanzar un ritmo de crecimiento sostenido que superará los promedios de la última década.

El inicio de los periodos presidenciales en ambos países con seis meses de diferencia, abre una ventana de tiempo de más de tres años de trabajo conjunto. Por lo tanto, es de esperarse que se continúe y amplíe la agenda bilateral. Respecto a los ejes programáticos de las campañas de ambos presidentes, existieron similitudes en varios de los temas propuestos a sus electores.

Dados los avances obtenidos por Chile respecto a la agenda de probidad, que continúa impulsando el actual gobierno, se observa un área de colaboración que podría ser muy valiosa para colombia.

Cabe resaltar que las relaciones entre ambos países siempre se han dado en el marco de políticas de estado. En esta ocasión, además de éstas, se espera una relación fluida y propositiva entre los mandatarios por las coincidencias también en los estilos de liderazgo que se centran en un trato directo y en una rigurosa rendición de cuentas de sus equipos. En lo personal, comparten aficiones por el fútbol y la lectura, y les apasiona la economía.

La Alianza del Pacífico, como se mencionó anteriormente, es considerada como la iniciativa más exitosa en Latinoamérica en materia de libre comercio; sin embargo, en los siguientes 10 años la Alianza debería evolucionar y consolidar su proceso con resultados tangibles para sus países miembros.

Refrendar la convicción del libre comercio como un instrumento que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos, será de vital importancia para que los países continúen impulsando en conjunto con otras economías y bloques la visión que comparten en la AP. El cambio del escenario global respecto a un mayor proteccionismo deberá ser observado cuidadosamente por la Alianza. Bajo este contexto, es que la próxima Cumbre Presidencial de la AP a celebrarse el 23 y 24 de julio en Puerto Vallada, México, cobra aún más relevancia debido a que el bloque deberá enviar un mensaje claro al mundo que la AP continúa promoviendo el libre mercado, como una estrategia de desarrollo regional. A esta cita han sido invitados los presidentes de los países del Mercosur y del Ecuador, como una señal potente en materia de integración regional.

Por último, y como ha sido costumbre en las Cumbres presidenciales anteriores se invita a los presidentes electos, en esta oportunidad correspondería que asistieran Andrés Manuel López Obrador de México, e Iván Duque de Colombia. La incorporación de los Estados Asociados de Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur debería terminar con éxito al finalizar el presente año. Adicional a las áreas de colaboración existentes es de esperarse que temas nuevos se puedan incorporar tomando como base el programa de campaña del Presidente Duque. Algunos temas a considerar:

Conectividad e infraestructura:

Esta es una de las áreas más sensibles para Colombia debido a su atraso respecto a sus socios comerciales, a pesar del esfuerzo realizado en los últimos años aún presenta un déficit muy importante en carreteras, puertos y aeropuertos que encarecen el comercio y la movilidad de las personas. En esta área se presentan grandes oportunidades conjuntas para captar recursos y promover la partcipación pública y privada que impulse la inversión en infraestructura.

Impulso al comercio de servicios no tradicionales:

Desde el gobierno anterior de la Presidenta Bachelet y en la actual administración se ha incentivado la exportación de servicios. Colombia es el tercer mercado de servicios no tradicionales nacionales; en el año 2016 la cifra de exportaciones ascendió a US$97 millones, creciendo 12 veces respecto al año 20107 Por lo tanto, en esta área podría existir complementariedad y capacidad para generar valor entre ambos países.


Ciberseguridad:

Esta es considerada una de las nuevas armas de guerra (sin armamento) en los tiempos modernos, y sus incalculables y sigilosos daños preocupan tanto a los gobiernos como al sector privado. Colombia tiene experiencia en este campo y podría contribuir a Chile en la mejora de sus protocolos y la generación de capacidades nacionales para hacer frente a un fenómeno que desgraciadamente llegó para quedarse.


Promoción del emprendimiento e innovación:

En estas materias tanto Chile como Colombia han venido impulsando programas de apoyo al sector de la Pyme y su ecosistema. Es relevante compartir experiencias en este campo para no duplicar esfuerzos y entregar herramientas para que las empresas consideren desde sus etapas tempranas la capacidad de internacionalizarse abordando otros mercados en etapas tempranas.

Impulso a soluciones de vivienda social:

El gobierno de Colombia desarrollará una estrategia para la creación de 1.5 millones de viviendas, de las cuales 900.000 serán nuevas y 600.000 contarán con mejoras. La visión de este plan es integrar a los distintos sectores socio económicos de la ciudad, ofreciendo acceso a servicios e infraestructura de calidad y nuevos parques para promover el deporte entre los jóvenes y evitar la segregación social.Este es otro campo de colaboración en el cual Chile puede compartir la experiencia de las dos últimas décadas.

Deporte de alto rendimiento: Colombia ha tenido recientemente logros significativos que han sido parte de un cambio en las políticas. de apoyo e incentivo al deporte de alta competencia. En los recientes juegos suramericanos realizados en Cochabamba, Bolivia, en el presente año, Colombia obtuvo el primer lugar por encima de Brasil, con 97 medallas de oro. En este tema Colombia también podría aportar a Chile Io que se ha realizado en este campo.

Para concluir, la relación entre Colombia y Chile pasa por un buen momento y continuará siendo fecunda en la medida que las nuevas autoridades impulsen
Ia colaboración mutua.

Un buen ejemplo de integración se da en el campo deportivo con Ia contratación por primera vez en su historia de un entrenador colombiano,Reinaldo Rueda, quien tendrá la gran responsabilidad de dirigir a la selección chilena de fútbol.

Fuente: El Mercurio