Opinión

Elecciones en Francia: ideas para nuestro plebiscito

La campaña para el plebiscito de octubre comienza el 26 de agosto y es muy probable que no haya vacuna para combatir la pandemia en esa fecha, por lo que es legítimo preguntarse si corresponde o no aplazarlo nuevamente.

Y si no se corre, han surgido varias preguntas, tales como: ¿los adultos mayores van a ir a votar? ¿Cómo hacer campaña con todas las restricciones sanitarias? ¿deben excluirse a las personas de riesgo de ser vocales de mesa? ¿se puede avanzar hacia un voto electrónico, anticipado o en dos días?

Nunca es buena idea tratar de inventar la pólvora, por lo que siempre es interesante revisar otros proceso para sacar lecciones.

En Francia, ayer fue la segunda vuelta de las elecciones municipales, que había sido aplazada casi 4 meses por el Presidente Macron, a causa de la pandemia y queremos destacar algunas aspectos relevantes para nuestra propia discusión: 

Primero, la opinión científica. En mayo, es decir, un mes antes de la elección, un consejo asesor de científicos advirtió que solamente 15 días antes del voto se podía realmente evaluar la posibilidad de realizarlo según como fuera evolucionando la pandemia. Es decir, no había certidumbre sino hasta 15 días antes de la elección sobre su realización.

Segundo, la campaña. Fue -en verdad- sin campaña como la conocemos, porque había un estricto control sanitario que no permitía reunir más de 10 personas. Había candidatos más ocurrentes que fueron de edificio en edificio con altavoces a tratar de convencer a los electores que salían a los balcones. Fueron, entonces, las redes sociales el lugar privilegiado de las campañas, donde -todos sabemos- hay menos control de la veracidad de los contenidos.

Tercero, día de la votación. En Francia, la regla general es que el voto -como en Chile- sea presencial ante la mesa respectiva, por lo que se determinó que: (i) los vocales debían usar mascarilla y máscara facial; (ii) los electores trajeran sus propios lápices, usarán siempre mascarilla y había un número limitado de personas en la sala de votación; (iii) un conteo con el mínimo de número posible o sin personas pero con un proceso de conferencia en vivo; (iv) la desinfección de los locales de votación antes, durante y después; (v) las personas de riesgo no eran vocales y tenían prioridad para votar; y (vi) se permitieron muy pocas celebraciones después de los resultados.

Por último y lo más preocupante, la abstención. Según una encuesta del 15 de junio, es decir, dos semanas antes de la segunda vuelta, el 62% de electores decían que no irían a votar, de los cuales un 43% explicaba que no iría por temor a contagiarse(1). Finalmente, la tasa de abstención fue la más alta de la historia francesa, llegando a un 59%, es decir, casi 6 de 10 franceses no fueron a votar. Esta tasa de abstención es alarmante si se replica en nuestro plebiscito.

Como se ve, la experiencia comparada sirve para tomar en cuenta muchas variables para ver si es conveniente o no seguir con el proceso electoral. La campaña comienza dentro de un mes más.

1.- https://www.lesechos.fr/elections/municipales/elections-municipales-vers-une-forte-abstention-au-second-tour-1214794