Opinión

Los desafíos que plantean las RRSS frente a las elecciones

Sin duda, las redes sociales se han transformado en un espacio crucial para el debate político, pero la circulación de noticias falsas, bots, el mal uso de datos, amenazan con deteriorarlo. Y no es necesario ir a EE.UU. o Europa para ver ese fenómeno o evidenciado en la interferencia rusa en las elecciones de 2016 en EE.UU. Varias democracias de América Latina – Donde solo el 28% de la población dice no usar redes sociales, según latinobarómetro de 2018 – también se han enfrentado a este desafío, con planes propios para combatirlo.

“la fe ciega en la tecnología y en las plataformas digitales y las redes sociales como aliadas estratégicas de la democracia ha venido siendo gradualmente equilibrada con un creciente sentimiento de alarma”, dice Daniel Zovatto, Director Regional de IDEA internacional para América Latina.

En ese contexto y a dos meses del plebiscito constitucional en Chile, “El Mercurio” analizó con distintas autoridades electorales de la región en un seminario organizado por IDEA en el Senado, cuatro experiencias latinoamericanas sobre el impacto en comicios de las redes sociales.

Colombia

2016 fue, de cierta forma, el “debut” del fenómeno a gran escala de la desinformación en redes sociales: ocurrió en el referéndum del Brexit y en las elecciones estadounidenses, pero también en el plebiscito sobre el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano (entonces presidido por Juan Manuel Santos) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

La campaña estuvo marcada por reportes engañadores en redes sociales que aseguraban, por ejemplo, que una ley reducía las pensiones para financiar guerrilleros, y una imagen del popular cantante Juanes apoyando el No. El No terminó ganando por 50,2% frente a 49,7% del Sí.

Alexander Vega, titular de la Registraduría Nacional (una institución encargada de la convocatoria y la organización electoral), recalca que la elección “reflejó la polarización del país”. “se tejió alrededor la puesta en marcha de información negativa en contra de las dos campañas”, asegura.

Con esa experiencia, Vega destaca que la Registraduría adoptó acciones de mitigación para las regionales de 2019 Entre ellas, un “pacto ético por la desinformación “firmado por fuerzas políticas, memorandos de entendimiento con Twitter, Facebook y Google para evitar la propagación de noticias falsas, y una alianza con portales digitales para identificar y desmentir reportes falsos.

Brasil

Si Facebook y Twitter estaban en la mira por lo ocurrido en EE.UU., la presidencial brasileña de 2018, en la que ganó Jair Bolsonaro, puso el foco en Whatsapp. La novedad fue que los mensajes que podían ser falsos circulaban en conversaciones privadas.

Así se reportaron varias falsedades, como que las urnas electrónicas habían sido manipuladas, o que el candidato izquierdista Fernando Haddad creó un “kit gay” para niños.

Carlos Bastide Horbach, ministro del Tribunal Superior Electoral (TSE), recuerda que para esa elección el organismo estableció un diálogo con Google, Facebook (propietario de Whatsapp) y Twitter, “para que se adecuaran a los requisitos” fijados por esa instancia. Eso se sumó a campañas educativas en colegios para enseñar a los alumnos y padres sobre las noticias falsas.

Y aunque la cantidad de denuncias al TSE relacionadas a noticias falsas fue baja (48 de 440), el ministro reconoce que “un problema real” es el de Whatsapp, para el que no tuvieron una “respuesta definitiva”.

Aún así, ese año la plataforma tomó medidas, como disminuir la cantidad de personas a las que se les pueden reenviar mensajes (primero a 20 contactos y luego a cinco), que se sumó al ya establecido límite para los grupos (256 personas).

La polémica en Brasil aún no acaba: el TSE mantiene abiertas investigaciones y el Congreso debate un controvertido proyecto que obligaría a las empresas a establecer una sede en Brasil.

México

Mientras muchos han sido reactivos, México adoptó un enfoque preventivo ante su primer gran desafío: las elecciones de 2018 en que triunfó el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Lorenzo Córdova, consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), detalló que México se transformó en el primer país del mundo en firmar convenios con las tres grandes plataformas: Facebook, Google y Twitter. Córdova asegura que el objetivo de esa relación es que la “propaganda ilegal fuera rápidamente bajada”, ante peticiones del INE. Asimismo, permitió que esas plataformas potenciaran los mensajes del INE para desmentir “noticias falsas”.

El plan también contó con otro elemento: Verificando 2018, una iniciativa de distintos medios de comunicación que formaron una especia de agenda de chequeo de dados independiente.

Con esos elementos, dice Córdova, México creó un modelo que se distancia del francés, que apuesta por la prohibición, y que sería más difícil de aplicar.

Panamá

Panamá fue el primer país en adoptar un “pacto ético digital” frente a las presidenciales de 2019, para compromete a los actores a evitar campañas sucias. Esa iniciativa ha sido imitada por países como Argentina.

Alfredo Juncá, magistrado del Tribunal Electoral, cuenta que las autoridades crearon un “centro de monitoreo que les permita estar alerta a las diferentes amenazas” como “bots, cuentas falsas y centros organizados”.

Y al igual que México, Panamá apostó por tener un diálogo fluido con las plataformas. “nuestros operadores pudiesen comunicarse directamente con la red social cuando hubiese cualquier problema”, dice.

Juncá defiende ese enfoque antes que uno más restrictivo debido a las limitaciones que trae la “extraterritorialidad”, es decir, que las plataformas se norman por un ordenamiento jurídico extranjero.

Fuente: El Mercurio