Opinión

Estado y gasto en embajadas

Estado chileno gastó US$ 31,5 millones en embajadas en 2019

Chile requiere una diplomacia dinámica y modernizada, que responsa a los nuevso riesgos globales, como los conflictos comerciales, el terrorismo, los ciberataques y las crisis sanitarias. Para ello, eso sí, no puede soslayar la presencia física de sus representantes en los países más relevantes desde el punto de vista comercial y geoestratégico. Más aún, cuando el mundo enfrenta una pandemia global que interrumpió, pero no dejó atrás el peor enfrentamiento comercial de las últimas décadas entre las dos mayores potencias que al mismo tiempo son los dos principales socios comerciales de nuestro país, Estados Unidos y China.

Estas son las sugerencias de expertos en relaciones internacionales (ver entrevistas) al evaluar el costo de la diplomacia chilena versus la necesidad de contar con con una representación en el extranjero adecuada para el actual contexto mundial.

Una controversia que subió de temperatura a inicios de junio, cuando la Cancillería anunció el cierre de cinco embajadas a contar de fin de año: Siria, Argelia, Rumania, Dinamarca y Grecia, con el fin de ahorrar costos. La decisión generó rechazo político y diplomático.

El gobierno estimó que estos cierres generarían un ahorro fiscal de entre $4 mil y $5 mil millones (US$ 3,8 y US$ 5 millones). Pero a menos de un mes del anuncio, el entonces caniller Teodoro Ribera dijo que la medida se suspencía, sobre todo teniendo en cuenta que se está nefociando actualmente una modernización del acuerdo bilateral con la Unión Europea, el que debe ser ratificado por todos sus países y estaban cerrando embajadas de la UE. Su sucesor, Andrés Allamand, dijo que la medida “está suspendida de forma indefinida”.

 Pero ¿se gasta mucho en embajadas? ¿la diplomacia chilena ha hecho ahorros en sus gastos?

Según datos vía Transparencia, el Estado chileno gastó US$31,5 millones en sus embajadas en 2019 (un 0,04% del presupuesto de la Nación de US$73.451 millones, según la DIPRES), lo que significó una baja del 12,5% respecto a 2016 (US$36 millones), el anterior dato público conocido que fue informado por Emol. No fue informado el gasto total por embajada durante 2019.

Y de acuerdo a los gastos destinados a sus legaciones, la Cancillería ha focalizado sus recursos en las representaciones más relevantes para su estrategia. De hecho, las que más gastos muestran son Estados Unidos (el país que más invierte Chile), Alemania (el eje de la Unión Europea), Argentina (el país con mayor frontera) y China (el mayor socio-comercial)

La Zoomdiplomacy será complementaria

Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la UC, es el único de los expertos consultados que se inclina por cerrar y agrupar embajadas por regiones. “Si queremos avanzar a una diplomacia más dinámica, es natural, como vamos a abrir nuevas destinaciones y fortalecer otras, es inevitable que esto signifique el cierre de algunas, dentro de un plan integral alineado a los intereses y prioridades de la política exterior del país”.

En esa línea, plantea la necesidad de “hacer más eficiente el gasto” en política exterior, que en Chile en términos relativos es bajo. “Pero hay modelos, por ejemplo, de embajadas compartidas, que son experiencias que han usado otros países para cumplir con sus prioridades de política exterior, acompañadas de formas distintas o creativas para organizar sus medios”.

¿Cómo tiene que ser la diplomacia del futuro?

Tiene que ser una diplomacia más dinámica, porque Chile no puede organizar sus medios de manera estática en un orden global que es dinámica y cambiante.

¿y en qué se debe avanzar?

En una evaluación con criterios claros respecto del impacto que tienen nuestras misiones en diferentes países transcurrido un tiempo determinado.

¿Qué va a pasar después de la pandemia con la diplomacia?

El cambio tecnológico, la “zoomdiplomacy”, se va a convertir en una herramienta complementaria, de apoyo a la labor diplomática, especialmente en el día a día. El contacto persona, esa fuente de generación de confianza, es insustibuible. La diplomacia del futuro sabe que va a tener una herramienta de apoyo que es una oportunidad y no una amenaza.