Opinión

Inversión y sustentabilidad: la gran oportunidad de China

Con la firma del tratado de libre comercio en 2005, China rápidamente se convirtió en el principal socio comercial de Chile. De la misma forma -para muchos casi inesperadamente-, ha comenzado a ocupar el podio de los principales inversionistas extranjeros en Chile, disputando “codo a codo” con actores históricos como Estados Unidos y Canadá.

Sin embargo, actualmente comenzamos a ser testigos del cuestionamiento de ciertas inversiones chinas en países desarrollados, tendencia que ha empezado a cruzar las fronteras de nuestro país.

¿Cómo podría entonces China convertirse en un actor más atractivo en el mundo y Latinoamérica en lo relativo a sus inversiones en el exterior? Me parece que existe una oportunidad no del todo explorada que dice relación con la sustentabilidad.

A nivel interno, China comprendió la importancia de la sustentabilidad como pieza clave del desarrollo económico y social del país. A modo de ejemplo, el Presidente Xi Jinping anunció en septiembre de 2020 que China se convertiría en carbono neutral en 2060; el país ha logrado sacar de la línea de la pobreza a más de 800 millones de personas desde iniciado el proceso de reforma y apertura de su economía; y el gigante asiático habría ocupado el puesto número 16 del Bloomberg Innovation Index 2021.

Asimismo, China habría invertido desde 2017 cerca de US$ 400 mil millones en tecnologías verdes -más del doble que la Unión Europea- y US$ 250 mil millones en proyectos globales (The Diplomat); de acuerdo a un informe preparado por el Banco Mundial y el centro de estudios interno de Alibaba (AliResearch) en 2019, en 12 meses la iniciativa conocida como “Taobao villages” -que busca desarrollar el e-commerce en zonas rurales- habría generado 6,8 millones de nuevos puestos de trabajo; y China sería hoy el segundo país del mundo -luego de EEUU- que más invierte en I+D en términos absolutos.

Todos son ejemplos de esfuerzos de desarrollo sustentable de acuerdo con los “17 objetivos” elaborados por la Naciones Unidas en áreas de protección del medio ambiente, reducción de la pobreza, y desarrollo de nuevas tecnologías, respectivamente.

En este sentido, creo que el próximo paso que podría explorar China dice relación con la exportación de dichos esfuerzos en pos de la sustentabilidad, y la posibilidad de hacerlo a través de sus inversiones extranjeras es inmensa. A modo de ejemplo, las empresas chinas podrían incluir expresamente criterios como medidas concretas de ESG (environmental, social, and governance) y DEI (diversity, equity, and inclusion) en sus actividades en el exterior; desarrollar una imagen sustentable como estrategia comunicacional; como llevar a cabo una medición de los resultados obtenidos.

Lo anterior, contribuiría a mejorar la percepción política como social de dichas inversiones en el mundo, gracias a los beneficios que dichos flujos de capital generan en el día a día de las personas.

Fuente: Diario Financiero