Opinión

¿Existe demasiada IED china en la región?

Estos últimos años, con el incremento de la inversión china en América del Sur, han surgido ciertas voces críticas de la llegada de capitales chinos a nuestra región. Asimismo, se ha convertido en algo recurrente escuchar que las empresas chinas estarían “comprándolo todo”. Por lo mismo, resulta importante analizar esta tendencia desde una perspectiva objetiva, para comprender adecuadamente el fenómeno y despejar ciertos mitos.

Efectivamente, estas últimas dos décadas China se ha convertido en un protagonista como origen de inversión extranjera directa (IED) en el mundo. De pasar en 2002 de ocupar la posición 25 a nivel mundial, al 2020 se ubicaba en el primer lugar (UNCTAD). Asimismo, si bien China tan sólo invirtió alrededor de US$ 2.700 millones en 2002, habría invertido en el exterior un monto récord de US$ 196.000 millones el año 2016, según el Ministerio de Comercio de la RPC.

Muchas razones encontramos detrás de este fenómeno, como la política de “Salir Fuera” iniciada en la década de los 90; la Crisis Asiática y la necesidad de diversificación de las empresas chinas; una mayor competencia interna en el mercado chino; la búsqueda de nuevos clientes y apertura de otros mercados; la necesidad de construir marcas globales; la búsqueda de materias primas y otros activos estratégicos para las empresas chinas.

Sin embargo, en el caso de América del Sur -y de Chile en particular- se trata de un fenómeno “tardío” y, además, de menor peso si consideramos el total mundial. De esta forma, las inversiones chinas habrían comenzado a llegar a esta parte del globo de forma más regular a partir de 2010; y América del Sur sólo habría recibido un 10,2% del total mundial en el período 2005-2020 (CGIT). A mayor abundamiento, los diez países que más IED china han recibido en las últimas dos décadas han sido Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Suiza, Brasil, Canadá, Alemania, Singapur, Rusia, y Francia.

En el caso de Brasil, si bien este ha sido el principal receptor de IED china en la región en el período 2005-2020 (aproximadamente US$ 60.500 millones, con el 47% del total), China no se encontraría dentro de los principales inversionistas extranjeros. Algo similar ha sucedido en el caso de Perú, que ha recibido un poco más de US4 27.000 millones de inversión china en el mismo período, pero China tampoco sería un origen preponderante de IED en el vecino país. Finalmente, el caso chileno no dista sustancialmente de la realidad brasileña y peruana; ya que si bien China se ha convertido en un inversionista importante a partir de 2018, el stock de inversión china en nuestro país solo alcanzaría el 11% del de Estados Unidos, España y Canadá conjuntamente.

Lo anterior nos aporta ciertas luces en relación a la real presencia y peso de la IED china en la región, lo que debería contribuir a eliminar temores muchas veces injustificados.

Fuente: Diario Financiero