Opinión

Incertidumbre política y próximo presidente

El principal desafío actual de Chile, a ojos del mundo, es acortar la brecha de incertidumbre política. Que inversionistas alemanes hayan calificado el marco político-económico como el principá riesgo país, o que la clasificadora de Fitch hable del riesgo de gobernabilidad de uno u otro candidato, no es poca cosa. El riesgo político aterrizó en Chile y el futuro presidente deberá navegar en esas aguas. 

En círuculos extranjeros, tanto Boric como Jast tienen la tarea de transmitir "estabilidad". Boric se asocia a "inestabilidad económica" por un programa poco amigable con la actividad empresaria, su escasa experiencia y al alianza con el Partido Comunista. Kast, en tanto, se percibe como una inestabilidad mas bien "institucional", por la eventual tensión con la Convención Constitucional, dominada por la izquierda y poco dada al consenso. Este es el primer desafío del futuro presidente, tanto a nivel local como internacional: transmitir estabilidad. No basta con las señales de moderación de esta última parte de la campaña: se necesitarán hechos concretos.

El segundo desafíos internacional, relacionado al anterior, será atraér inversión extranjera. 

Los flujos de capitales ya se han visto golpeados por la pandemia, y según la CEPAL tuvieron una caída cercana al 40% en 2020, la mayor en una década. Chile necesita inversión extranjera, y si de verdad quiere subirse a la "ola verde" de las energías renovables, el hidrógenos verde y la electromovilidad, hará falta inversión para desarrollar esos proyectos. Seguir ofreciendo seguridad jurídica en un ambiente político más convulsionado, y con una discusión constitucional aún abierta, será una tarea compleja. Los equilibrios políticos en el Senado, que ahuyentan los ánimos refundacionales, son celebrados por la comunidad internacional com una condición necesaria, pero lejos de ser suficiente.

La confianza internacional del próximo presidente también se juega en los acuerdos comerciales. El dilatado TPP11 tarde o temprano deberá definirse. Mientras el Reino Unidos, China y recientemente Corea del Sur anunciaron su interés por sumarse, Chile ha puesto "marcha atras" enredándose en una discusión plagada de infantilismos. 

Boric ya anunció su rechazo al tratado y su eventual gobierno debería dar explicaciones frente a un "papelón" internacional, justo cuando el mundo apuesta al Asia-Pacífico como polo de desarrollo. Kast, por su parte, anunció su apoyo y su desafío será evitar actitudes discolas de senadores de su sector y asegurar los votos bisagra de la centroizquierda. Grupos de la Convención han sido ambiguos en el tema de los acuerdos comerciales, incluso etrometiéndose en negociaciones que no están entre sus atribuciones, como la de la Unión Europea. 

Por último, el próximo presidente enfrentará un desafío de seguridad nacional, resumido en tres áreas fundamentales: migraciones, controles fronterizos y narcotráfico. Aunque suelen verse como temas de política domestica, tienen una dimensión transnacional que requiere coordinación con países vecinos y cooperación regional. 

La incertidumbre política sigue siendo la principal preocupación de la comunidad internacional y reducirla será el principal desafío del próximo presidente. Aunque algunos flancos se han ido cerrando, con un Congreso más equilibrado y un discurso presidencial más moderado, el nivel de riesgo político sigue siendo alto. Y todos los caminos al final del día conducen a la Convención Constitucional ¿Estará a la altura?