Opinión

Venezuela y el libre mercado

Nicolás Maduro está llevando a cabo cambios económicos para reestablecer la estabilidad del país, además de plantear la posibilidad de que el sector privado apoye al público.
 
Los titulares de Venezuela indican que la administración de Maduro está intentando reorganizar el sistema desde un punto de vista de apertura hacia el libre mercado. “Usted se podrá convertir en inversionista de Cantv -empresa de telefonía e internet nacionalizada por Hugo Chávez en 2007-, Movilnet, de Pequiven, de las empresas mixtas de petróleo, de gas, de las empresas básicas de Guayana (hierro, acero, aluminio)”, anunció mediante televisión.
A su vez, destacó que como nación “necesitamos capital para el desarrollo de todas las empresas públicas”, lo que representa un llamado para comenzar a creer en las empresas nacionales y proyectarlas en materias de avance bajo la cooperación mutua.
 
Este nuevo proyecto económico tiene dos características fundamentales:
• La participación de privados en empresas estatales (entre un 5% y 10%).
• El levantamiento del control de precios sobre ciertos productos.
 
“Para este caso puntual es difícil decir a ciencia cierta qué ocurrirá”, comenta Diego Rojas, Coordinador de investigación CEIUC de la Universidad Católica: “Por supuesto que la economía muchas veces se desacopla de la política, pero sin dudas que para que la economía de un país funcione debe haber un contexto político adecuado o al menos voluntarioso para que eso ocurra, cosa que hoy no vemos en Venezuela. Un punto a favor es evidentemente el tema estratégico de los hidrocarburos, que gracias al actual contexto de guerra entre Rusia y Ucrania podría volverse más estratégico para Venezuela, pero a corto plazo la confianza internacional no está para que el peso mismo del recurso sea efectivo por sí solo”, resalta.
 
En abril de este año, Credit Suisse planteó que el producto interno bruto de Venezuela se expandiría 8% adicional en 2023 a causa del conflicto ruso-ucraniano, cuando solo se esperaba un 3%, ya que podría llevarse a cabo una “recomposición” del suministro mundial del petróleo. Sin embargo, para esto, el país debería generar un lazo en común con Estados Unidos para preparar una tierra compartida, dado que no pueden obtener el petróleo ruso, pero aquello sería que Maduro dejara ir a Rusia que, según el banco, está “cada vez más marginada”.
 
Para Rojas: “Respecto al tema de EE.UU., creo que hay que ser mucho más mesurados. La influencia de EE.UU. en la región es infinitamente menor de lo que era hace una o dos décadas atrás. Hoy por hoy la amenaza política no es uno de los principales problemas que enfrenta EE.UU., sus problemas más bien pasan por cuestiones internas y evidentemente su rivalidad con China. Sobre esto último hay un punto a favor de Venezuela, país que evidentemente se siente más cómodo con China que con EE.UU. por cuanto, un escenario en donde vemos a una China como potencia desafiante y con mayor influencia en América Latina es totalmente del agrado de Venezuela. Por supuesto que lo anterior no tiene un impacto directo en remontar sus problemas internos, pero sin duda que podrían contribuir a mejorar en algo su frágil economía y su validez internacional. Es muy temprano para decir cuál es el real impacto de esto de todas formas”, espeta.
 
Por su parte, Cristian Fuentes, académico de relaciones internacionales de la Universidad Central, confirma que “la crítica situación económica en la que se encuentra Venezuela ha obligado al régimen de Nicolás Maduro a flexibilizar los controles estatales, el control de la moneda y los flujos de capitales. Esa es la razón para vender parte de las acciones de empresas estatales. Dejar que el dólar flote y terminar con la fijación de precios en un conjunto de productos”.
 
A su vez, añade: “Ello tenderá a normalizar una parte de la economía y, si se suma el levantamiento de algunas sanciones al petróleo, por parte de EEUU, podemos avizorar una mejora importante de la vida cotidiana de los venezolanos. Pareciera que políticamente la oposición ha optado por presionar para reeditar el diálogo y el gobierno de Caracas ha aceptado volver a la mesa de negociaciones, a cambio del levantamiento de, a lo menos, algunas sanciones económicas”, analiza.
 
¿Venezuela podrá mejorar y avanzar en sus proyecciones?
 
“La sociedad venezolana está totalmente quebrada y mientras no se resuelva su interna política es difícil recomponer su sociedad misma, creo que ahí está el principal desafío, incluso por sobre lo económico”, proyecta Rojas.
 
“Resolver el tema político tampoco es tarea sencilla”, continúa: “Aun cuando Maduro se abriera a una elección democrática y libre el chavismo no va a desaparecer de la noche a la mañana, incluso si existiera una alternancia en el poder. Al igual que su economía, por mucho que crezca a niveles importantes no se compondrá en varias décadas, su sociedad tendrá una recuperación aún más lenta y compleja. Lo importante, más allá de los plazos, es que se dé el primer paso y eso a mi juicio está muy lejos de ocurrir”, decreta.
 
Estudios citados por Bloomberg News indican que Venezuela y su economía requieren crecer anualmente un 10%, durante un periodo de 18 años continuos para conseguir los estándares que tenía en 1997, antes de que Chávez llegara al poder.
 
• Maduro presentó en enero en la Asamblea Nacional que en 2025 Venezuela tendría una pobreza extrema de cero. El 76,6% de los habitantes del país vive en ese estado actualmente, lo que ha provocado una ola migratoria masiva, lo que podría llegar a 8,9 millones de personas trasladándose a otros países en 2022.
 
• Según la encuesta OIM 2022, el 98% de los venezolanos aseguró que Chile es su destino final. No obstante, el 84% se enfrenta a una falta de recursos económicos muy grande cuando aterrizan en la nación.
 
Para Fuentes, la solución directa y más efectiva para Venezuela, sería la siguiente: “El mercado es la alternativa para recuperar la economía, sobre todo si es acompañado por la recuperación de la industria petrolera. Cierta normalización de las relaciones con EEUU ya está comenzando. Eso significa relajamiento de las sanciones y mayor exportación de petróleo”, confirma, sugiriendo que dar aquel paso podría estabilizar aquel país, pero para eso se necesita la voluntad de Maduro y Biden que, por conflictos bélicos externos, se necesitan mutuamente. Uno, para seguir en su estabilidad y, el otro, para recuperarla.
 
Fuente: Emol