Opinión

Zelensky en Chile

Chile no puede mezclarse con la tibieza de una parte de la izquierda latinoamericana, que ha dado un portazo a la posibilidad de que el presidente Volodímir Zelensky exponga telemáticamente la cruda realidad de la agresión rusa en Ucrania. Aunque en un primer momento el Senado chileno se negó, por la oposición de grupos de izquierda, esta vez la sensatez prevaleció.

Sintomático del silencio latinoamericano es que el primer discurso del mandatario ucraniano en la región haya sido liderado por nuestra Universidad Católica, en un esfuerzo conjunto con el embajador y un grupo de parlamentarios. Mercosur y distintos parlamentos negaron tal posibilidad, en línea con la falta de apoyo de países como Bolivia, Cuba, Nicaragua o la ambigüedad de otros tantos. América Latina ha sido definida como prioritaria por el gobierno de Kiev este año, reconociendo que se encuentra rezagada en relación a Asia o África. Una región que se muestra irrelevante a nivel global e incapaz de ponerse de acuerdo en principios mínimos.

Aunque la reciente decisión del Senado chileno, junto a la clara posición de condena del gobierno, han contribuido a que Chile se distancie de esa izquierda ambigua frente a la guerra, no deja de preocupar la influencia del Partido Comunista y de Revolución Democrática, que de manera inexcusable se opusieron a la actividad en el Congreso. Esta oposición es inconsistente con principios básicos que han guiado la política exterior chilena, como son el respeto al derecho internacional, y la promoción de la democracia y los derechos humanos.

La presentación virtual que hará Zelensky no es un asunto menor para el país. Además de conocer la llamada “fórmula de la paz” promovida por Kiev y su real viabilidad, el mensaje será un renovado llamado a tomar conciencia del desastre causado por la guerra y la necesidad de abrir caminos de negociación.

A nivel económico, aunque las relaciones comerciales de Chile con los países en conflicto son bajas, los efectos indirectos se han sentido en la economía: una mayor inflación, especialmente en productos sensibles como alimentos y energía; mayores restricciones financieras y volatilidad en los mercados. La guerra ha convulsionado una geopolítica cada vez más compleja para los negocios globales y, por ende, para las empresas chilenas que salen al mundo.

El libre comercio -sinónimo de cooperación– hoy se asocia a vulnerabilidad, con el riesgo de una gradual fragmentación de la economía global (hago negocios con mis “amigos”). Por otro lado, la contención de los conflictos bélicos ha disminuido y los acuerdos de control de armas se han debilitado, elevando la inseguridad. La rivalidad entre Estados Unidos y China está nuevamente en un punto retórico álgido, mientras cada una compite por ser más resiliente. Por último, la administración Biden ha anunciado una agresiva política industrial que puede desencadenar una “guerra” de subsidios a nivel global, mayor distorsión en los mercados y un renovado proteccionismo.

Así, el mensaje que dará el presidente Zelensky tiene enorme valor para Chile. Tanto a nivel humanitario, como por las implicancias globales de la prolongación de la guerra. Bien hace parte importante del Senado en honrar la tradición chilena en materia internacional, como país comprometido con la paz y el respeto del derecho internacional.

Fuente: Diario Financiero