Opinión

De las giras presidenciales

El viaje del Presidente Boric a Europa ha generado ácidas polémicas. Para la oposición, la crisis provocada por el “caso convenios” merecía la cancelación de la gira. A tanto escaló la controversia, que inclusive se planteó la iniciativa de entregar atribuciones al Congreso para impedir que los mandatarios realicen visitas al exterior. Revisemos algunos de los ejes del viaje del Presidente para mostrar que las discusiones levantadas estos días desconocen el real sentido de la política exterior.

Una de las razones que explica la gira presidencial es la participación de Chile en la cumbre Celac-UE en Bruselas. Si bien la Celac es un mecanismo del que no cabe esperar grandes logros, la presencia del jefe de Estado de Chile ante los órganos de máxima decisión europea, justifican el viaje en sí mismo. De especial interés para el país es la pronta aprobación del acuerdo marco avanzado de asociación entre Chile y la Unión Europea.

El nuevo acuerdo se estructura en torno a distintos pilares, de los que habitualmente destacan los relativos al comercio y la inversión. El acuerdo expandirá el porcentaje de productos cubiertos por rebajas arancelarias hasta prácticamente la totalidad de las exportaciones chilenas al mercado europeo. En términos de inversiones, se sustituirán los acuerdos de protección bilaterales vigentes con los estados miembros de la UE, corrigiendo inconsistencias y garantizando el legítimo derecho a regular del Estado. Además de las claras ventajas económicas, especial relevancia tiene el pilar político del acuerdo. Este refleja una expresión concreta de la voluntad de la UE y Chile de trabajar estrechamente para dar respuesta a los nuevos retos mundiales como el cambio climático, la gobernanza oceánica y la ciencia y tecnología.

Relacionado con lo anterior, la presidencia española de la UE durante este semestre también ampara la visita del Presidente Boric a Madrid. El impulso que España pueda dar a la concreción del acuerdo de la UE con Chile será fundamental. Por ello, cabe esperar una visita alejada de las meras simpatías políticas del gobierno chileno, considerando que las elecciones generales del próximo 23 de julio probablemente conlleven una alternancia en el Ejecutivo español. Es responsabilidad de nuestras autoridades mantener vínculos sensatos y pragmáticos con quien sea que la ciudadanía española elija como gobierno, evitando encuentros sustentados solo en motivos ideológicos.

Finalmente, vale la pena recordar que durante el gobierno del Presidente Piñera, la oposición también buscó frustrar viajes presidenciales aduciendo argumentos tan mezquinos como los que hoy observamos en el debate público. Haría bien el actual oficialismo en reflexionar sobre sus actitudes del pasado teniendo en cuenta que Chile no puede permitirse horadar su inserción en el mundo por pequeñas razones de política interna. En política exterior, los gobiernos pasan, pero los Estados quedan.

Fuente: La Tercera