Opinión

Relaciones Bolivia-Chile

María del Carmen Almendras, exviceministra de Relaciones Exteriores de Bolivia durante el gobierno de Evo Morales, recurre a un diálogo registrado durante la masacre de la Escuela Santa María de Iquique, en 1907, para graficar el vínculo histórico entre su país y Chile. Ante la amenaza de una brutal represión, el entonces cónsul boliviano llamó a sus compatriotas a abandonar el lugar. La respuesta de los obreros fue categórica: “Con los chilenos vinimos, con los chilenos morimos”, “no somos bolivianos, ni peruanos, somos obreros”.

Almendras fue una de las expositoras que este viernes se dieron cita en La Paz en un coloquio organizado por la Fundación Konrad Adenauer, con la colaboración de la Universidad Católica Boliviana y el Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, con el objetivo no solo de analizar la situación actual de las relaciones entre Bolivia y Chile, sino también explorar la cooperación vigente y posibles áreas de profundización de esta.

En la actividad, a la que fue invitada La Tercera, participaron exautoridades, académicos y periodistas de ambos países, en diálogos donde hubo coincidencia en que, en materia bilateral, “no todo pasa por la decisión de los Estados” y que durante mucho tiempo Bolivia y Chile “han estado de espaldas”.

Al respecto, Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales UC, señaló: “Hemos identificado actores del sector privado, académico y gremial, de ambos países, dispuestos a dar un giro en la relación bilateral”. El académico puso en perspectiva durante el encuentro los tres hitos que, a su juicio, han marcado la relación bilateral entre ambos países en el último tiempo, pasando por la suspensión de las relaciones diplomáticas en 1978, la agenda de 13 puntos acordada en 2006 durante los mandatos de Michelle Bachelet y Evo Morales -pero que con las demandas bolivianas de 2013 (por la salida al mar) y de 2018 (por el río Silala) quedó paralizada- y el anuncio en 2021 de la normalización de las relaciones bilaterales, que conllevó la activación del mecanismo de consultas políticas después de 11 años.

“Entre breves acercamientos, renovación de esperanza y otros de gelidez total, entre los primeros, sin duda, está lo de la agenda de los 13 puntos”, destaca Almendras. “Pero luego entramos a una etapa de judicialización. Una etapa difícil que pone en la congeladora todos estos avances, o que los deja en la periferia de la atención de uno y otro país. Después de esta etapa, hay algunos acercamientos, se han suscrito convenios, sobre todo en materia de apoyo, de cooperación, el nivel de la lucha contra el crimen organizado, la cooperación fronteriza, pero de manera aislada, poco sostenible, poco estructurada”, reconoce.

Además de la cooperación fronteriza, Almendras considera el tema del agua como “importantísimo”. “Con el cambio climático vamos a tener disminución de los caudales. Hay como 10 cursos de agua internacionales que transcurren de uno y otro lado del país. Uno chiquitito nos ha llevado a La Haya. Imagínense los otros nueve. Creo que conviene generar comisiones para hacer un levantamiento, un inventario de aguas transfronterizas, determinar caudales y, sobre todo, enfocarse a su gestión compartida, a una gobernanza del agua a partir de los actores locales que sea sostenible”, apunta.

Por su parte, Walker San Miguel, excónsul de Bolivia en Chile, exministro de Defensa y presidente del capítulo boliviano Consejo Empresarial Binacional Chile-Bolivia, abordó el tema que ha marcado la relación bilateral: la demanda marítima. Al respecto, señalo: “Es muy relevante hablar de la relación económica, comercial, entre Bolivia y Chile, sin soslayar que existe un tema de fondo en la relación bilateral, que es precisamente el relacionado al mar”. Sin embargo, aclaró ese punto, señalando que “el tema del mar no es tabú, es la soberanía”.

“Creo que para que Bolivia pueda recomponerse después del resultado de La Haya va a pasar todavía un tiempo muy, muy largo. Escogimos ese camino, pusimos toda nuestra apuesta ahí y, lamentablemente, como ya se sabe, ese camino no resultó. Ojalá hubiera resultado, porque creo que el fondo era correcto, que los dos países se sentaran a negociar. Ojalá que en futuros podamos nuevamente recomponer nuestra estrategia y ver hacia adelante”, comentó Raúl Peñaranda, presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz y director de Brújula Digital, otro de los participantes en el coloquio.

Pero sacando el tema de la demanda marítima de la ecuación por las tensiones que genera, San Miguel es optimista frente al rol que está jugando el Consejo Empresarial Chile-Bolivia, que, explica, nació en plena pandemia, en 2020, y el cual ya suma cuatro reuniones presenciales con representantes de los empresarios agremiados. “Hemos encontrado un ánimo y en algunos casos, una ansiedad por hacer más negocios entre empresarios, de ambos lados. Y me refiero tanto a los grandes, a los medianos, y también a los pequeños y microempresarios, que a veces son invisibilizados, porque no tienen estructuras y, sin embargo, son los que más alimentan el comercio en la frontera común”, señaló.

Pero Ana María Solares, exviceministra de Relaciones Económicas Internacionales durante la administración de Hugo Banzer, hizo hincapié en los desequilibrios económicos que marcan la relación económica de ambos países. A su juicio, “hablar del comercio exterior entre nuestros países es hablar de una estructura comercial muy asimétrica. Es reiterar que crónicamente Bolivia está en un déficit, por sus situaciones estructurales. A ello se suma un desbalance muy grande en materia de servicios. Nosotros compramos muchos servicios en Chile. Compramos servicios portuarios, servicios turísticos, servicios de salud, servicios de educación”, detalló. “No obstante las diferencias, nuestras economías son complementarias”, reconoce.

En ese punto, Solares considera clave el tema de la cooperación internacional para el desarrollo: “Bajo ese paraguas podemos desarrollar una serie de iniciativas. Creo que este tipo de iniciativas pueden encontrar un sentido más práctico, eludiendo el tema político, buscando financiamiento, acciones realmente muy conducentes al diálogo y de cooperación mutua, donde las relaciones sean mucho más equilibradas”.

“Y sí, hemos estado de espaldas, pero ya no queremos eso. Esta diplomacia de segundo nivel, estos procesos de construcción de confianza pasan por estos encuentros. Nadie confía en lo que no conoce. Y nos estamos conociendo”, comenta Carlos Cordero, decano de la Facultad de Ciencias Políticas, Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica Boliviana, en alusión al coloquio binacional desarrollado en La Paz.

“Desde el año 2023, la Universidad Católica Boliviana y la Pontificia Universidad Católica de Chile venimos fortaleciendo actividades académicas en colaboración e intercambio de experiencias, con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer. Dos encuentros bilaterales se llevaron a cabo en Chile primero y luego en Bolivia, con el propósito de coadyuvar, desde la esfera universitaria y académica, en la construcción de mejores relaciones sociales entre nuestras respectivas sociedades”, detalla.

Y agrega: “Una acción concreta en la Universidad Católica Boliviana es la formación profesional universitaria en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, promoviendo la movilidad estudiantil y docente (con Chile), la investigación y tesis de grado que profundicen en el mutuo conocimiento de la historia, cultura y producción intelectual de nuestros respectivos países. Con estas acciones tenemos la expectativa de coadyuvar a visibilizar los temas que nos interesan: intercambio comercial, problemas comunes en nuestras fronteras, colaboración en el manejo sustentable de la diversidad de bienes y riqueza natural vinculada con el agua y la minería”.

La mirada chilena

Aldo Cassinelli, exdirector de Planificación Estratégica de la Cancillería de Chile, considera que en materia de relaciones bilaterales “hay que empezar a entender que no todo pasa por la decisión de los Estados”, considerando la “importancia de la sociedad civil en las relaciones exteriores”.

“El potencial que tiene el Consejo Empresarial Bolivia-Chile, yo creo que eso es fundamental, hay que seguir potenciándolo. El tema de personas que van a tratarse médicamente a Chile también es muy alto. Nosotros hicimos algún catastro, y son temas sumamente importantes. Se reactivó otro mecanismo que a mí me parece sumamente interesante por todo lo que conlleva, que es lo que se denomina el Comité de Frontera. ¿Por qué? Porque eso gatilla al menos 11 grupos que se reúnen desde temas que son más bien cualitativos”, explicó Cassinelli.

“Bolivia no solamente es el corazón físico de América del Sur, o sea, todas las rutas, todas las carreteras cruzan por Bolivia. Hoy día este país tiene gran parte de los recursos esenciales pensando en el futuro”, agregó.

Al respecto, Francisco López, exsubsecretario de Energía de Chile, planteó las oportunidades que se abren para ambos países, por ejemplo, en el tema de la transición energética. “Creo que ahí, en materia de energías renovables, hay una oportunidad muy importante para ambos países”, señaló.

“Un segundo tema que creo que es muy relevante tiene que ver con los materiales críticos. Como dice su nombre, son críticos para la transición energética. Tres de los cuatro más relevantes, justamente están en Bolivia: el litio, cobalto y cobre”, continuó López, quien actualmente es abogado del estudio Jara Del Favero. “Y, por último, y en tercer término también, el gran elemento que hay en la transición energética es el hidrógeno verde”, concluyó.

Fuente: La Tercera