Farah se refirió al estado actual de la seguridad en América Latina, específicamente en relación al crimen transnacional organizado que afecta principalmente a Centroamérica y cómo éste ha cambiado en los últimos años. Realizó una reflexión sobre la inconveniencia, a su juicio, del concepto de 'Estado Fallido' versus la pertinencia de lo que él conceptualiza como 'Estado Criminalizado' y las diferencias entre ambos. Argumenta que éste último se aplica de mejor forma a la situación de los Estados en la región donde los grupos criminales, con apoyo de la institucionalidad estatal, cometen actos ilícitos sin ser sancionados y, a su vez, el crimen organizado es utilizado como 'política de Estado', con poder y capacidad de negociar, donde incluso postula que "el Estado busca al crimen organizado y no el crimen organizado al Estado".
Reflexionó sobre el 'colapso del Triángulo Norte' refiriéndose a la situación crítica que se vive en Centroamérica, con énfasis en la influencia y evolución de las Maras o pandillas criminales características de la zona, argumentando que estos grupos han demostrado tener mayor visión estratégica que quienes debiesen combatirlas ya que, entre otras acciones, se han volcado a ayudar a la población buscando apoyo y acrecentando su poder frente al gobierno, así como la expansión de su territorio de acción.
Finalmente hizo mención al cambio radical del crimen transnacional después del 11 de septiembre de 2001 y criticó que no ha existido una estrategia certera, ni en EEUU ni en el mundo, para atacar este flagelo. "No se visualiza capacidad ni voluntad política para combatirlo", aseveró, agregando que hace falta tener visión de lo que se aproxima, ya que "el combate del crimen transnacional se ha caracterizado por ver lo que ha pasado y lo que está pasando, en desmedro de una necesaria mirada estratégica de futuro".