Una de las certezas de la modernidad es que enfrentaremos nuevas crisis globales, una mayoría como resultado del cambio climatico y de sus consecuencias como son las sequías, desastres naturales, deshielos, incremento del nivel de los mares, migraciones, pérdida de suelos agrícolas y emergencias sanitarias o pandemias en la medida que nuevos patógenos emerjan como resultado de la creciente deforestación y mayor interacción con la fauna, asimismo el derretimiento de los polos y glaciares incrementan las probabilidades que nos veamos confrontados a estos nuevos patógenos -virus, bacterias u hongos que producen enfermedades-. Si hacemos un análisis comparativo la ocurrencia de emergencias sanitarias o pandemias han aumentado en su frecuencia en los últimos 100 años -gripe española, gripe aviar o asiática, VIH-SIDA, ébola, COVID-19- comparado a un número similar en el último milenio -peste de justiniano, peste negra o bubónica, viruela y cólera-.