El pasado 3 de marzo de 2023, en la sede de la Organización de Naciones Unidas de Nueva York, se adoptó el Tratado Global de los Océanos. Este acuerdo busca la preservación de la vida marina en alta mar, es decir, en aquel espacio marino que no está sujeto a la jurisdicción de los estados, y es conocido por sus siglas en inglés BBNJ (Biodiversity of Areas Beyond National Jurisdiction).
Chile tiene una larga historia en creatividad, en generación de normas internacionales que regulan los Océanos y en defensa de sus intereses en los océanos Pacífico, mar Austral y Antártica. Una historia fructífera que ha demostrado un trabajo conjunto y coordinado entre autoridades de Defensa y de Relaciones Exteriores, junto a otras instituciones y organizaciones tanto públicas como privadas. Esto ha sido una política de Estado que trasciende los gobiernos.
En 1947 nuestro país declaró unilateralmente una zona de protección pesquera de 200 millas marinas. Posteriormente, en 1952 emitió la “Declaración de Santiago” en conjunto con Perú y Ecuador, para preservar este espacio. Tal fue la relevancia de esta determinación, que las 200 millas fueron incluidas en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR) de 1982, en calidad de Zona Económica Exclusiva (ZEE). La CONVEMAR, en cuyas negociaciones Chile también participó activamente, tiene una aceptación casi universal, rigiendo en la actualidad a 119 países.