El índice de Riesgo Político América Latina va por su cuarto año y se consolida como un insumo relevante para los tomadores de decisión de la esfera pública y privada. Durante estos años, el índice ha podido identificar riesgos que han venido aumentando con preocupación: el crimen organizado, la corrupción, la desafección democrática y la gobernabilidad bajo presión.
2024 se perfila como un año complejo e intenso para América Latina, enmarcado en un contexto internacional caracterizado por una gran incertidumbre y volatilidad geopolítica y económica. En efecto, el 2023 el mundo sufrió su tercer año más violento desde la II Guerra Mundial, sólo superado en número de muertos por la guerra de Corea el año 50 y la masacre en Ruanda en 1994. En este actual escenario de polycrisis, hay que poner foco en la evolución de varios conflictos como los de Ucrania-Rusia, Israel-Palestina, China-Taiwán, y la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China, que compiten en América Latina por el acceso a activos estratégicos claves para la transición energética. Por último, la mayor presencia de actores no estatales en los conflictos bélicos genera una nueva fuente de inestabilidad a nivel global.