Opinión

MONSEÑOR MARCELO SÁNCHEZ SORONDO COMENTA "LAUDATO SI"

Obispo trasandino, figura de la Curia, organizó "cumbre" mundial sobre nuevas formas de esclavitud, que reunió a alcaldes de las principales ciudades del mundo para enfrentar tráfico de personas y prostitución. A Chile vino a hablar de "Laudato Si", pero también de cómo Francisco está cambiando al Vaticano

MarceloSánchezC on más de cuatro décadas viviendo en Roma, el obispo Marcelo Sánchez Sorondo ha sido testigo directo de todas las sorpresas de la historia contemporánea de la Iglesia, desde el breve pontificado de Juan Pablo I hasta la inesperada renuncia de Benedicto XVI. Ninguna comparable, sin embargo, con la elección de su compatriota Jorge Bergoglio como Papa y todo lo que ella ha significado.

Canciller de la varias veces centenaria Pontificia Academia de Ciencias del Vaticano -fundada en 1603 y que tuvo entre sus miembros al mismísimo Galileo- conocía al actual Pontífice desde la época en que este era provincial de los jesuitas argentinos. Posteriormente, cuando Bergoglio asumió como arzobispo de Buenos Aires, realizó encargos para él en la curia. Y ahora la Academia es uno de los apoyos con que cuenta el Papa Francisco para impulsar iniciativas como la denuncia de lo que llama "las nuevas formas de esclavitud" (tráfico de personas, trabajos forzados y prostitución, cuyas víctimas se calculan en 30 millones, y tema de una cumbre mundial de alcaldes recientemente realizada) o la recopilación de antecedentes científicos para la encíclica "Laudato Si".

Precisamente para hablar de este documento fue que -invitado por la Universidad Católica- estuvo en Chile esta semana Sánchez Sorondo, un obispo a quien los años en Europa no le han quitado ni el acento ni el modo característico de los argentinos. Tampoco el humor ni la soltura para hablar de quien es hoy el más famoso de sus connacionales.

- Con Francisco, ¿se argentinizó el Vaticano?

"Bueno, en el sentido de que es un poco más caótico, sí", se ríe, para luego agregar, más serio: "Lo cual no quiere decir que no estén trazadas muy claramente las líneas de un pontificado".

- ¿Cómo ha sido la relación de Francisco con la Curia?

-En el tiempo de su elección se criticó mucho a la Curia, porque se había entendido en parte que el pobre Papa Benedicto había sufrido mucho con sus tensiones, algunas de las cuales incluso se hicieron manifiestas en los diarios. Por otra parte, el propio Papa Francisco le dijo a la Curia, en el encuentro que tuvo antes de Navidad, sus 15 pecados capitales, que no se los inventó el Papa y que se refieren a la Curia de ahora y también a la de la época en que clausuraron la obra jesuítica.

- ¿Y cómo se vive en Roma el intento del Papa por reformar esa Curia?

-Se ve como una cosa muy necesaria por parte del colegio de los cardenales. Él hizo inmediatamente un cambio muy importante, nombrando un consejo -nosotros decimos un G8, aunque ahora son nueve- de cardenales representativos, que además no tienen experiencia de Curia. Esa es una nueva institución que se creía iba a tener un espacio nada más accidental y que el gobierno ordinario lo iba a seguir haciendo la Curia, pero se vio en la práctica que no y que la Curia está muy subordinada.

"Se está en un momento de reforma. Se ha reformado ya la parte de la economía, con una nueva secretaría de economía a cargo de un cardenal australiano: pasó de estar en manos de los italianos a una mentalidad anglosajona, con lo cual se produce un cambio muy importante en ese sector. Ahora se esperan otros cambios. Esto se está moviendo fuerte y mucho más rápido de lo que se podría haber pensado".

"Lo que hace es hablar de justicia"

- Ud. vino a Chile para hablar de "Laudato Si". Se ha dicho mucho que es una encíclica verde. ¿Es correcta esa interpretación?

-Al Papa no le gusta, y cada vez que puede lo dice. Por ejemplo, ahora tuvimos un encuentro con los 70 alcaldes de algunas de las ciudades más significativas del mundo, y allí el Papa les dijo: yo no he hecho una encíclica verde, lo que intento es hablar de temas sociales, de justicia social. Evidentemente el tema del clima tiene una repercusión sobre los pueblos más pobres y toca un tema de justicia.

"El medioambiente significa el hábitat del hombre, pero también el Papa habla del medioambiente porque es parte de la creación de Dios. Así, vuelve al espíritu de San Francesco, quien ve en la naturaleza la belleza de la redención, donde cada cosa habla de Cristo. En ese sentido, la encíclica es un documento profundamente religioso".

- El Papa propone un concepto de ecología integral, donde cabe tanto la preocupación por la naturaleza como por todo el ambiente humano. ¿Cómo evalúa la receptividad a ese planteamiento? Hay gente que valora la encíclica, pero apuntando a destacar algunos puntos y callar otros.

-Lo que el Papa busca es que no se establezca una dualidad. Lo que ha querido decir es que no solo nos interesa el tema del hombre o solo la naturaleza; nos interesa la integralidad. En definitiva, la naturaleza, la tierra, es la casa común y por tanto está relacionada de modo fundamental al hombre.

- Desde algunas concepciones ecologistas se plantea que es el hombre el gran enemigo de la naturaleza y mientras menos hombres haya eso resolverá los problemas ambientales.

-El Papa sigue la idea bíblica fundamental: el hombre es el único ser que es imagen de Dios, y tiene la responsabilidad de ayudar a la naturaleza, de colaborar en la obra de la creación. Por eso el Papa cita el tema de la "madre tierra", entendiendo que sin ella no hay vida, pero de ahí a decir que el hombre está subordinado a la tierra, es otra cosa.

- A otros han llamado la atención sus duros términos para referirse al modelo económico imperante en el mundo...

-Es una visión de la doctrina social. Parece una novedad porque él lo acentúa, pero ya está dicho en documentos anteriores de la Iglesia. El Papa no acepta la teoría liberal del derrame y el endiosamiento del mercado. El mercado por sí solo no ayuda a la gente, solo a algunos, y por tanto es necesario intervenirlo en orden al bien común.

- Los defensores de la visión económica liberal dicen que es la única que ha mostrado funcionar y que de hecho hoy la gente vive mejor que antes...

-Ha mostrado funcionar para algunos. Produce bienes, pero falta la distribución. El Papa decía esta semana: es muy importante el trabajo, pero debe estar subordinado a otros valores. No se puede sacrificar la familia por el trabajo o por el mercado. Hay una jerarquía de cosas. Y lo que ve el Papa es que el sistema económico actual, en cuanto está dirigido fundamentalmente al profit , al provecho económico, se olvida de la persona humana y del bien común.

"Eso, para el Papa, está producido por la teoría del derrame. Yo he leído algunas críticas a su posición, pero los economistas nuestros, de la Academia, como Stiglitz, como Arrow, consideran que tiene razón: el solo mercado no produce una distribución".

- Algunos dicen que en estos temas el Papa es de izquierda.

-Eso el Papa lo dice también: la izquierda en muchos temas se sacó del Evangelio. Pero yo creo que el Papa no es ni de izquierda ni de derecha; él sigue el Evangelio: felices los pobres, felices los que tienen hambre y sed de justicia, felices los que buscan la paz. Esos son los valores del Papa. No veo ahí que tenga nada de izquierda. Lo que pasa es que la izquierda muchas veces dice eso, pero después no hace nada. El Papa dice y hace, y es coherente. No tiene un palacio levantado con su dinero, como muchos de la izquierda. No tiene una cuenta especial en ningún banco.

- ¿Y qué evaluación hace Ud. del modo en que se acoge en general los mensajes del Papa? Da la impresión de que cada quien trata de sacar solo lo que le conviene a su propia posición. La izquierda, por ejemplo, destaca sus críticas al mercado, y la derecha cuando cuestiona el aborto.

-Todos tironean la sotana del Papa... empezando por los argentinos (ríe). A todos los papas los han tironeado: a Juan Pablo II, a Benedicto también. A este lo tironean un poco más, porque se mete más directamente, con un espíritu latinoamericano. Me decía un sacerdote brasileño que estuvo mucho tiempo en Argentina: felicitarlo al Papa, porque solo un porteño podría ser tan directo. Es una cosa simpática, pero algo de eso es verdad: el Papa no tiene todo ese tipo barroco, ciceroniano si se quiere, de oratoria muy refinada para combinar las palabras, sino que va mucho más directo.

- ¿Él está consciente de que hay mucha gente que pretende utilizar sus palabras?

-Respecto de los argentinos lo ha dicho 50 veces: "yo ya no recibo más políticos argentinos... pero ni los recibo y después resulta que igual tienen una fotografía mía, un fotomontaje...". Es consciente, sí. Pero es utilizable relativamente, porque siempre va diciendo lo mismo de distintas maneras, de modo que al final ya todos saben qué es lo que dice. La crítica al mercado y al derrame, por ejemplo, es clarísima. Los que lo critican por eso, es porque lo han entendido bien.

Bolivia: "El tema no pasó por la Academia"

- En Chile desconcertaron las declaraciones del Papa respecto de Bolivia, cuando dijo que la demanda no era una cosa injusta. ¿Cómo debemos entender esas palabras? Acá nos decepcionaron, sentimos que estaba metiéndose en el problema sin comprender nuestra situación.

-Ese tema no lo conozco bien... porque no pasó por la Academia (se ríe). El tema de las nuevas formas de esclavitud pasó por la Academia, el tema del clima pasó por la academia, pero el tema de Chile no pasó por allí. No sé qué pensará exactamente el Papa. Lo que ha dicho lo ha dicho.

 

Fuente: Economía y Negocios