En un triunfo para la administración de Donald Trump, EE.UU. y México alcanzaron ayer un acuerdo bilateral preliminar para revisar partes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta), un paso clave para renegociar el acuerdo comercial de 24 años de antigüedad que estuvo cerca del colapso durante el último año por las críticas del Presidente estadounidense.
Fue el propio Trump quien dio a conocer la noticia, al anunciar desde el Despacho Oval que ambos países lograron 'un muy buen acuerdo'. 'Es un gran día para el comercio. Es un gran día para nuestro país', dijo el Mandatario, quien fue acompañado durante el anuncio por el Canciller mexicano, Luis Videgaray.
El republicano aseguró que cambiará el nombre del Nafta, porque tiene 'connotaciones muy negativas', y que ahora pasará a llamarse 'Acuerdo de Comercio de EE.UU. y México'.
Sobre Canadá, el otro país miembro del Nafta y que no formó parte de las conversaciones entre EE.UU. y México, el Presidente estadounidense dijo que aún está por verse si 'puede ser parte de este pacto', al adelantar que las negociaciones con Ottawa comenzarán 'pronto' para su eventual integración.
'(Con Canadá) puede ser un acuerdo separado o pueden sumarse' agregó el Presidente Trump, e incluso amenazó con la posibilidad de dejar a su vecino del norte fuera de cualquier pacto comercial si no estaba dispuesto a negociar de manera 'justa'.
Sin embargo, durante la tarde, la oficina del Primer Ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció que ambos líderes mantuvieron una 'constructiva conversación' comercial por teléfono. 'Los líderes saludaron los progresos alcanzados en las discusiones con México y desean que en sus equipos se realicen discusiones esta semana con la mirada puesta en una exitosa conclusión de las negociaciones', agregó el comunicado.
Horas antes, el Presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, recalcó la importancia de contar con la participación de Canadá al instar a Trudeau a que se una al pacto, en una conversación telefónica. 'Le expresé la importancia de su reincorporación al proceso, con la finalidad de concluir una negociación trilateral esta misma semana', escribió el Mandatario en Twitter.
Posteriormente, en un acto oficial, Peña Nieto aseguró que el acuerdo logrado con EE.UU. es de 'ganar-ganar' y disminuye la incertidumbre que se impuso tras la llegada al poder de Trump.
Un triunfo
El hecho se presenta como un triunfo para Trump, quien cuestionó incansablemente al Nafta, ya que a su juicio era inmensamente desfavorable para EE.UU. Incluso, durante la campaña lo calificó como 'posiblemente el peor tratado de libre comercio firmado en la historia, en cualquier parte del mundo'.
Aún así, el pacto logrado con México omite una cláusula que obliga a que el tratado renegociado terminará cinco años después a menos que los países acordaran mantenerlo, un aspecto que era considerado clave por Washington en un principio, pero al que Canadá y México se opusieron cuando fue presentado.
El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo que, en cambio, se resolvió que una vez que el pacto sea aprobado este estará vigente durante 16 años, pero cada seis años habrá una oportunidad para resolver problemas o modernizar aspectos del acuerdo. Las partes luego acordarán si continúan con el pacto 16 años más.
Entre otras de las claves fijadas en el acuerdo, se incluye un anexo en el cual ambos países se comprometieron a adoptar normas y prácticas laborales según lo establecido por la Organización Mundial del Trabajo, y mayores requisitos para la exportación sin aranceles de vehículos, como, por ejemplo, que el 75% de un auto sea producido en uno de los dos países (actualmente se exige solo el 62,5%).
'El potencial acuerdo entre México y Estados Unidos nuevamente confirma el estilo de Trump a la hora de llevar adelante su diplomacia comercial. De manera frontal y agresiva, primero confronta a sus socios comerciales, denuncia ciertas prácticas y promete levantarse de la mesa de negociación, para luego bajar el tono y sentarse a conversar en condiciones más favorables para su país', dijo a 'El Mercurio' Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales UC.
'En el corto plazo, la ganancia para Estados Unidos parece ser evidente: probablemente los términos de negociación serán mejores para Estados Unidos, con un México con escaso poder de negociación dada su alta dependencia a la economía norteamericana (más del 70% de sus exportaciones). Pero la gran duda es qué pasará en el largo plazo. ¿Cuánto daño le hace a la percepción que tienen los norteamericanos respecto de otros países? ¿Cómo serán las confianzas de otros gobiernos respecto de Estados Unidos hacia el futuro?', agregó el experto.
Fuente: El Mercurio