Junto con España e Italia, Reino Unido ha sido uno de los países que más ha sufrido los embates de la pandemia en el continente europeo y, por cierto, a nivel mundial. Su capital Londres ha sido escenario de alrededor del 12% de las muertes por Covid-19 y fue el epicentro de la primera ola de la pandemia en 2020. Tan solo un dato: según consignó BBC Mundo, en el apogeo de esa ola, es decir en abril del año pasado, se registraron en la capital británica alrededor de 230 muertes relacionadas con el virus por día. Hoy el panorama parece ser distinto. Con una mejora en el número de muertes y la reducción de pacientes con Covid-19 en la unidad de cuidados intensivos, los ojos del gobierno británico están puestos en la reapertura paulatina de la economía, pues se prevé que a mediados de junio se haya reanudado buena parte de las actividades productivas. Aunque el propio gobierno enfatizó que esta medida solo se cumplirá si no hay imprevistos en el camino, como retrasos en la vacunación o un aumento en el número de casos, hospitalizaciones o muertes.
Y es precisamente el exitoso de proceso de vacunación contra el Covid-19 el aspecto más destacado de la gestión llevada a cabo por el primer ministro, Boris Johnson, la cual se ha caracterizado por sus altibajos. Así lo manifiesta el director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, Jorge Sahd. “Johnson tuvo un manejo muy cuestionado al comienzo de la pandemia, pero con el tiempo ha ido logrando enmendar el rumbo. Actualmente Reino Unido ya tiene a cerca del 60% de los adultos vacunados, al menos, con una dosis. En comparación con la Unión Europea, este país ha logrado tener mayor éxito en el proceso de vacunación, lo que es un aspecto positivo a resaltar de la gestión del primer ministro”, señala el analista internacional. Respecto al futuro político del primer ministro, Sahd cree que aún es prematuro proyectar qué es lo que va a ocurrir, porque las próximas elecciones son el 2024.
"Recuperación verde" y desafíos
Por ahora, expertos coinciden en que el optimismo estaría reinando en la sensación ambiente del país europeo, donde las fichas están puestas en la recuperación económica, que para este año se estima sobre el 5% del PIB. En la Cámara Chileno Británica de Comercio (Britcham) comparten estas proyecciones, pero añaden que este escenario podría ofrecer una oportunidad para acelerar la transición a “net zero”. A juicio del gerente general de la entidad, Greg Holland, los inversionistas británicos se sienten cada vez más optimistas al ver a Chile como una propuesta atractiva y afín, para aquellos que buscan invertir en la “Recuperación Verde”. “Según un estudio elaborado recientemente por la Embajada Británica, que analiza las oportunidades de cooperación en la “Recuperación Verde”, se destacaron elementos como el hidrógeno verde, donde Chile y Reino Unido poseen grandes posibilidades en términos de mejores prácticas y conocimiento que podrían producir excelentes resultados”, señala el ejecutivo a Revista NME. Desde el organismo también relevan que Reino Unido es la quinta economía más grande del mundo y continúa siendo un actor importante en el escenario mundial. En línea con ello, este año el país europeo será coanfitrión de la Alianza Global para la Educación en julio, así como la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se realizará en Glasgow, en el mes de noviembre.
“Además, está preparado para cumplir la promesa de “Global Britain” al asumir la presidencia del G7, en junio”, menciona Holland. Otro factor relevante es su salida de la Unión Europea. En este contexto, el gerente general de Britcham sostiene que el gobierno británico continúa abogando por el libre comercio y la cooperación global, lo que subraya en su Marco Estratégico recientemente publicado, el cual describe los objetivos generales de política internacional para 2025. “Chile y Gran Bretaña están bien posicionados para mantener y profundizar sus lazos comerciales gracias a la firma de un nuevo Tratado de Libre Comercio entre ambos países”, resalta.
Fuente: Revista Nueva Mineria y Energía