Ayer, la Unión Europea decretó el aumento -provisorio- de tarifas a la importación de vehículos eléctricos chinos. Europa terminó alineándose con EE.UU., que adoptó una decisión similar -aunque de más largo alcance- hace unas semanas. A pesar de la argumentación retórica, las acciones de ambos bloques dan cuenta de un empuje proteccionista que se suma a otras disposiciones domésticas, como la ley de Reducción de la Inflación en EE.UU. y esquemas regulatorios en la UE. Estas medidas están minando la integración económica, base esencial del sistema internacional liberal y, en buena medida, de la paz.
El aumento de tarifas de la UE a China generó la inmediata reacción del secretario general de la ONU. Guterres alertó que desde 2019 las barreras al comercio se han triplicado y responden más a la rivalidad geopolítica que a fundamentos económico-comerciales. Esta voz de alarma debe ser atendida, pues las dos guerras mundiales estuvieron precedidas de fuertes escaladas proteccionistas. Ironías del destino fueron los BRICS -agrupación que alberga a un poco liberal conjunto de países aunados por sus fuertes críticas a Occidente-, quienes mediante sus ministros de Relaciones Exteriores salieron a respaldar la necesidad de sostener el comercio internacional basado en reglas. Reglas que tanto EE.UU. como la UE ayudaron a crear…
Por si la economía fuese insuficiente, esta semana también se publicó la decimoctava edición del índice de Paz Global. Sus resultados y tendencias son inquietantes. Muchas de las condiciones que antecedieron a conflictos mayores están en su nivel más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Existe un mayor número de conflictos activos -56, la cifra más alta desde 1945- los que además se han internacionalizado -92 estados están involucrados en disputas fuera de sus fronteras-, complejizando los procesos de paz.
Estas desafiantes condiciones imponen retos a la política exterior de Chile. En términos comerciales, otra vez, los países del Sudeste Asia y Oceanía lideran con el ejemplo. Deberíamos observar las concesiones obtenidas esta semana en el Marco de Prosperidad Económica del Indo-Pacífico, las que muestran una serie de conexiones para resguardarse ante un mundo dividido en bloques. En lo político, una mayor cercanía de Chile a los BRICS debe mirarse con cautela. Las incoherencias dentro de este grupo son tan notorias -Sudáfrica demanda a Israel ante la Corte Internacional de Justicia para prevenir el genocidio en Gaza pero ante el genocidio en Sudán exige “soluciones africanas para problemas africanos”, o Rusia aboga por el respeto a la carta ONU mientras la vulnera flagrantemente con su invasión a Ucrania-, que superan los muchos atractivos de esta plataforma y pueden terminar minando nuestros intereses.
Fuente: La Tercera