Desde hace ya prácticamente ocho meses que hablar del término pandemia no ha sido algo extraño para nosotros, es indudable que el coronavirus ha irrumpido en nuestras vidas y ha modificado nuestras rutinas. Así, y mientras aún nos tratamos de acostumbrar a una nueva realidad de distanciamiento social y mascarillas, una nueva pandemia se cierne sobre nosotros, es la pandemia de la corrupción.
La corrupción que se puede definir como el abuso del poder para beneficio privado erosiona la confianza, debilita la democracia, obstaculiza el desarrollo económico y exacerba aún más la desigualdad, la pobreza, y la división social.
Si bien es cierto que la corrupción no es un fenómeno nuevo, si ha sucedido que la pandemia del coronavirus ha incrementado ciertas prácticas de corrupción principalmente en el ámbito de la salud.