Uno de los temas que ha estado ausente de la campaña presidencial chilena ha sido la política externa. El único foro en donde se discutió sobre las propuestas de los principales candidatos en temas internacionales antes de la primera vuelta fue organizado por el Centro de Estudios Internacionales UC.
“Es contradictorio que en un país como Chile, en que gran parte de su desarrollo y su crecimiento depende del comercio, los temas internacionales tengan tan poca relevancia”, cuestionó el director del centro, Jorge Sahd, en entrevista con DF.
“Eso plantea un desafío hacia el futuro de cómo logramos acercar los temas internacionales a la vida diaria de las personas y mostrar cómo la apertura chilena, no solamente económica, sino que social, cultural, de innovación y de cooperación, ha traído beneficios a Chile”, planteó.
-¿Qué proponen los candidatos en materias de política exterior?
- Si uno revisa las propuestas de los dos candidatos hay bastante consenso en continuar con la base que ha tenido Chile de política comercial de los últimos 30 o 40 años, como la integración económica y tener una relación proactiva con los países vecinos. No olvidemos que con Bolivia tenemos el caso de la obligación de negociar ante La Haya y la demanda chilena por el tema del Silala.
-¿Que se espera del Congreso?
- El Congreso cambió y eso puede generar una complejidad adicional para la política exterior chilena. El Frente Amplio, que va a tener 20 representantes en la Cámara de Diputados y un senador, plantea en materia comercial una actitud revisionista, de que antes de continuar las negociaciones de nuevos tratados, hay que revisar todo lo existente. E incluso ofrece buscar una forma de que las negociaciones comerciales chilenas sean compatibles con el Mercosur. Y nosotros sabemos que el Mercosur tiene una agenda más proteccionista de lo que ha llevado Chile. Eso va a significar que todos los nuevos esfuerzos de integración que deben pasar por el Congreso, como por ejemplo el TPP 11, van a requerir mayor habilidad política, mayor explicación. Ya no va a ser como hace diez o quince años cuando los tratados de libre comercio en Chile eran ratificados en el Congreso prácticamente por unanimidad. Se acabó el cheque en blanco en materia de política exterior y de política comercial que tenía Chile basado en el consenso de los dos principales bloques políticos.
-La discusión internacional pareció centrarse en el tema de la inmigración
-Exactamente. En el tema migratorio Chile tiene un problema: tiene que definir una política migratoria. Lo que tenemos hoy día es una ley de la década de los ’70 que es más bien administrativa, con los requisitos para las personas que ingresan al país. Pero hoy día ya no solamente tenemos los flujos de países como Perú o Colombia, que han sido en las últimas décadas los más importantes, sino que tenemos el flujo haitiano, de Venezuela y, al igual que a nivel mundial, en la medida en que haya más inestabilidad en ciertas regiones o países, mayor presión para el fenómeno migratorio. Chile tiene que definir cómo va a ser su migración regulada, es decir cómo nos beneficiamos de la migración. Este es un país de migrantes y la migración genera obviamente beneficios para el país en términos de intercambio cultural, de colaboración, de mayor entendimiento entre los países. Pero hoy día ni siquiera tenemos claridad de cuáles son las cifras oficiales, porque no tenemos un registro nacional de migraciones. Esperamos que el proyecto de ley que ingresó al Congreso pueda tener un buen despacho.
-¿Qué es lo hay que hacer?
- Tenemos que enfocar la migración desde el punto de vista de la atracción de talento. Cómo logramos atraer talento desde otros países que derive en un mayor desarrollo para nuestro país, como la Visa Tech, y otros tipos de visa de trabajo o de negocios. Hoy estamos recibiendo a personas de otros países, pero sin tener claro qué es lo que vamos a hacer con ellos. Y recordemos que la migración plantea desafíos en materia de política social, salud, previsión, integración educativa.
Súper ciclo electoral
Este año fue activo para la política externa de Chile, sobre todo a nivel comercial, dijo el también académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica. Para él, hay cuatro hitos que marcaron 2017.
El primero fue el liderazgo de Chile en la Alianza del Pacífico, que traspasó a Colombia en mayo, “sobre todo por poner ciertos temas en la agenda del bloque. Uno es cómo facilitamos la inversión entre los cuatro países, creando reglas comunes. El otro es todo el tema del comercio de servicios, que es una forma de diversificar la apertura comercial de Chile y no solamente centrarla en las materias primas”, afirmó Sahd.
Un segundo hito “son los pasos que está dando Chile respecto de la APEC 2019, donde vamos a ser anfitriones y que va a ser por lejos el evento internacional más importante que va a tener el próximo gobierno”.
Otro desarrollo importante fueron “los esfuerzos de profundización de relaciones comerciales, como pasó con Argentina y China, y algunos acercamientos con el Mercosur”.
Por último, estuvo “la propuesta de Chile de continuar con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, el TPP 11, que fue una idea que surgió en la cumbre que hubo en Viña del Mar, luego de que el presidente Trump anunció que no iba a continuar con la negociación del tratado”.
- Para el próximo año ¿cómo se viene la agenda del nuevo presidente de Chile?
- Latinoamérica está en un proceso de alta volatilidad política, lo que plantea un escenario incierto. Y Chile está dentro de ese contexto. La proyección de crecimiento para la región el próximo año sigue siendo baja. El Fondo Monetario Internacional ha dicho que no va a superar el 2% en promedio.
Hay, además, un mayor nivel de desconfianza hacia las instituciones públicas, y una menor legitimidad de la democracia. En la última encuesta de Latinobarómetro casi el 60% de las personas cree que la democracia en Latinoamérica está en grandes problemas o incluso que no hay democracia. Esto se explica fundamentalmente por los casos de corrupción, como el caso Lava-Jato, que está afectando a más de diez países de la región, con tres expresidentes de la República que están con problemas judiciales.
- En 2018 habrá además elecciones en algunas de las mayores economías de la región, como Brasil, México, Colombia y Venezuela ¿en qué impactará esto al próximo mandatario?
- Efectivamente tenemos el súper ciclo electoral en Latinoamérica, con catorce comicios entre los que está Chile, la polémica elección de Honduras, y las que vienen en países importantes como Brasil, México y Colombia, a los que se suman Bolivia y Argentina en 2019. Esto sin duda va a tener un impacto. Primero porque vemos que hay una mayor fragmentación política en Latinoamérica. Segundo, los proyectos políticos son radicalmente distintos. El proyecto político del ex ministro de Hacienda de México, José Antonio Meade, con el candidato Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, son totalmente distintos, y eso genera un mayor riesgo político.
Por lo tanto, el próximo presidente de Chile va a tener que ir preparando escenarios según quien vaya a ser el mandatario, porque no hay proyectos que tengan diferencias sólo en ciertos énfasis, sino que son proyectos ideológicamente y políticamente totalmente distintos.
Fuente: Diario Financiero