"...los dos años venideros serán claves para que Chile convierta al Estrecho de Magallanes en el centro del legado histórico de la hazaña del navegante luso que, al servicio de la Corona española, unió indisolublemente a los dos más grandes océanos del globo terrestre...".
La celebración de los 500 años de la circunnavegación del mundo será un acontecimiento que colocará a Chile y a la Región de Magallanes en el centro de la atención internacional.
Hernando de Magallanes inicia en 1519 su viaje que interconectaría el Océano Atlántico con el Pacífico y las costas del Asia y África, que serían alcanzadas por Elcano en 1522.
Cien años antes, el almirante chino Zheng He desarrollaba una gesta de iguales proyecciones, pero desde el sudeste asiático y el subcontinente indio.
Ambos navegantes se atrevieron abrir el mundo, más allá de los lindes nacionales, y así convertirse en los verdaderos precursores de una globalización que une y asocia a las distintas naciones bajo los valores de la libertad de las personas y del tránsito de las mercaderías, y en una libre navegación que son los ejes del desarrollo del siglo XXI.
El Estrecho de Magallanes y el Estrecho de Malaca han sido claves para abrir las rutas marítimas al mayor tránsito jamás antes conocido en la historia del mundo.
Los dos años venideros serán claves para que Chile convierta al Estrecho de Magallanes en el centro del legado histórico de la hazaña del navegante luso que, al servicio de la Corona española, unió indisolublemente a los dos más grandes océanos del globo terrestre.
El alcalde de Punta Arenas tiene razón, y en ello hemos coincidido desde hace algún tiempo para conmemorar debidamente esta circunstancia histórica ,y también hicimos parte a "El Mercurio" en la necesidad de destacar este acontecimiento.
La provincia de Magallanes y su capital, la más austral del mundo, son los titulares de la gran conexión oceánica, y su historiador Mateo Martinic ha resaltado con autoridad el valor de ello y en especial por la proyección del sur austral y la Antártica en el desarrollo futuro de Chile.
El próximo año seremos sede del APEC y qué mejor oportunidad para impulsar una agenda de interconectividad con Asia a través de la Cuenca del Pacífico y su Alianza, para fortalecer los objetivos del OBOR (One Belt-One Road), que busca revivir la histórica Ruta de la Seda, que Magallanes y Zheng He se encargaron de abrir por la vía marítima, y que Chile y Argentina debieran ser la parada final del OBOR en el Pacífico.
Las relaciones muy cercanas que hoy existen entre los gobiernos de Piñera y Macri facilitan un entendimiento histórico que permita acciones compartidas para nuestros comunes intereses de crear un renovado y verdadero Tratado de Libre Comercio, un impulso a nuestra conectividad territorial, las bases de nuestras proyecciones antárticas y la creación de parques binacionales que sean una expresión permanente de un abrazo del Estrecho del siglo XXI, a bordo de nuestros buques escuela.
Nuestra Armada tiene un rol muy trascendental en la conmemoración de esta fecha histórica para recordar no solo la hazaña de Magallanes y Elcano, sino también las de Darwin, Shackleton, y por qué no la del Piloto Pardo y de tantos marinos chilenos que siguen haciendo patria en los mares australes del continente. Soñar un museo en Punta Arenas que los rememore sería un legado que le daría vigencia permanente a la capital de la región magallánica.
Una comisión de conmemoración histórica de los 500 años del Estrecho de Magallanes que una a todos los actores señalados y con el valioso concurso de nuestro Ministerio de RR.EE. y de nuestras embajadas en España, Portugal, Argentina, China y Filipinas pondría a Chile en la vitrina del mundo.
Fuente: El Mercurio