“Haz que los adversarios vean como extraordinario lo que es ordinario para ti; haz que vean como ordinario lo que es extraordinario para ti”. Sun Tzu
En tan sólo ocho años de existencia, la Alianza del Pacífico (AP) ha logrado hacer algo extraordinario en el contexto latinoamericano, en un momento en que la globalización y el libre comercio eran algo ordinario. En 2011, fecha de su creación, el modelo de prosperidad y crecimiento económico estaba basado en la apertura económica; sin embargo, en menos de una década, el proteccionismo y la debilidad de instituciones multilaterales obligan a la AP a avanzar rápidamente.
La reciente cumbre en Lima transcurrió en una tensa calma, en el diálogo público y privado. El Presidente Duque pidió evitar temas tabú, especialmente por la desazón que existe después de dos años sin culminar las negociaciones con Estados Asociados, y considerando las conversaciones con Corea del Sur y Ecuador. Es indispensable lograr la incorporación de los nuevos asociados.
Los tres Presidentes —Chile, Perú y Colombia— y el canciller mexicano hablaron de re-lanzar la AP, es decir, fortalecer el bloque, reconociendo los logros y visualizando los desafíos de integración, y del manejo de temas globales con impactos locales, como fricciones al comercio, migración, calentamiento global, contaminación de océanos, economía digital, equidad de género y corrupción.
Chile asume la presidencia pro tempore en un momento de inflexión, que exige resultados en el corto plazo para confirmar el gran potencial de desarrollo del bloque. Se espera que, con la experiencia y el liderazgo chilenos, se inicie una nueva etapa de consolidación. Por su parte, el Presidente Vizcarra destacó que “se requiere del compromiso empresarial y la voluntad política para hacer los cambios”.
De esta manera, lo que sigue será importante para la presidencia pro tempore.
Priorizar los temas a abordar durante el próximo año. El plan de trabajo de Chile estará alineado a la Visión Estratégica 2030, y debiera además, disminuir los aproximadamente 25 grupos de trabajo existentes.
Coordinar, a nivel público y privado, todas las acciones que se realicen en la Alianza para actuar integradamente. Actualmente hay distintos grados de coordinación de gobiernos y sector privado. Se debiera crear una unidad de seguimiento que, a través de plataformas tecnológicas, dé continuidad a las iniciativas, indistintamente de la presidencia pro tempore vigente, con una estructura liviana y de alto nivel, para lograr una efectiva interacción.
Comunicar compromisos y avances a los distintos grupo de interés y a la ciudadanía, resaltando los impactos positivos de la AP.
La AP ha estado perdiendo su capital social y económico (la buena marca) y está usando su línea de crédito; sin embargo, si muestra resultados visibles, consiguiendo que acciones ordinarias se vean como extraordinarias, como dice Sun Tzu, habrá Alianza para largo.