Opinión

Acuerdo en Chile y política exterior

Kissinger solía decir que a ratos era impensable que un país desvinculara su política interna de su acción internacional. Hoy Chile abraza una nueva oportunidad histórica tras haber alcanzado un acuerdo por la paz social y nueva Constitución. No es solo el texto y el consenso sino la forma de hacerlo: con una gran mayoría transversal de todos los sectores políticos representativos de Chile.

En los últimos días vimos portadas, crónicas, opiniones y reportajes en prensa extranjera, medios digitales, y redes sociales sobre los acontecimientos en nuestro país. Todos especulando sobre cómo estalló el conflicto y hacia dónde iba.

Esta incredulidad y ausencia de entendimiento mínimo se expandió fuera de nuestras fronteras, ya que por años hemos construido una imagen país, generando políticas públicas orientadas a la promoción de Chile, en sus diversas dimensiones, a partir del esfuerzo de instituciones como Invest Chile, ProChile, Corfo, Imagen País, AGCID y, por cierto, nuestra Cancillería como órgano rector de la política exterior.

Por eso es tan importante responder también la interrogante en el extranjero, y el reciente acuerdo firmado marca un punto de inflexión para explicar con hechos hacia dónde vamos.

Y podemos hacerlo apelando a nuestro activo reputacional más relevante: la propia institucionalidad que nos ha permitido abrir una puerta para salir de la crisis a través de un cronograma constitucional de la mano de la ciudadanía. No se trata de algo superfluo o accesorio. El impacto de nuestra definición de Chile como país plataforma de servicios y de regionalismo abierto sostenido, ha traído muchos frutos, pero también es “una puerta en dos direcciones” que lleva como responsabilidad mantener un relato global permanente, aun en época de crisis, redefiniciones y cambios.

Así las cosas, todos somos “pequeños representantes” de nuestra patria para contribuir a explicar lo sucedido, aunque la gran tarea y desafío descansará principalmente en nuestra diplomacia.

Nuestros diplomáticos son quienes están en la mejor posición para movilizar grupos relevantes y responsables de la sociedad civil en el extranjero de manera que ayuden a entregar información razonada y a promover diálogos o debates sobre “aspectos propositivos” del proceso en colegios profesionales, cámaras de comercio y universidades.

Hoy más que nunca necesitamos llegar con un mensaje: Chile es uno solo. Para este fin nuestra Cancillería puede jugar un rol clave que al final del día también impactará en recobrar confianzas y miradas en un gran país que por unas semanas pareció haber extraviado el rumbo y que hoy vuelve a retomarlo con acuerdos, sin supresión de poderes, sin atajos institucionales y, esperamos, sin más violencia.

Fuente: La Tercera