Todos los organismos internacionales han recortado sus proyecciones de crecimiento económico, unos más que otros. En el caso de Iberoamérica, el crecimiento del PIB ha sido más tenue que en los años anteriores. Incluso, el único país que ha mostrado un crecimiento por encima de las otras economías de la región es Colombia, con un alza de más de 3%.
Pero, ¿qué está ocasionando esta desaceleración en las economías? En primera instancia, la guerra comercial entre Estados Unidos y China ya ha pasado la cuenta de cobro a gran parte de las economías a nivel mundial y, en el caso de los países latinos, hay una convulsión social que parece no cesar.
Analistas coinciden en que Colombia ha conservado una estabilidad macroeconómica que le ha permitido mantenerse pese a la coyuntura local y regional, que está marcada por fuertes protestas en países como Chile, Ecuador, Bolivia y la misma Colombia. Brasil y México apenas si logran crecer, mientras que Argentina y Venezuela sufren de profundas crisis económicas.
Entre las economías grandes de la región, a Colombia es al país que mejor le va. Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Banco Mundial, prevén un crecimiento económico de 3,6% para 2020, manteniendo la senda positiva de 2019. El alza PIB del tercer trimestre se ubicó en 3,3%. Sin embargo, tras el paro nacional del 21 de noviembre, las protestas no han cesado y en caso de que continúen, podrían afectar las proyecciones de crecimiento en un futuro cercano. Ya corren los rumores sobre la salida de inversión extranjera en el país.
Para mantener los buenos resultados, Julián Arévalo, decano de Economía de la Universidad Externado de Colombia, considera que es necesario garantizar “una estabilidad política para continuar con estos resultados. Colombia ha mostrado un manejo macroeconómico relativamente sano, que de estar acompañado de un buen ambiente político, podría continuar”.
El segundo país que muestra un mejor crecimiento del PIB es Chile, donde las protestas hoy completan 52 días, a pesar de las soluciones que ha propuesto el gobierno de Sebastián Piñera para aliviar el descontento social. El PIB, que en 2018 ascendía 4%, hoy se crece al 2,8%, mientras que el FMI y el Banco Mundial prevén que suba 2,5% este año.
Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, señaló que este débil crecimiento económico se da como consecuencia de los daños económicos y en el empleo que ha dejado la violencia y vandalismo. “Esto se va a sentir de manera significativa este último trimestre”, agregó el académico.
Sobre lo que puede ocurrir con la economía chilena en 2020, Sahd advirtió que para el próximo año, “las proyecciones se han ajustado a la baja, en un rango de 0,5 y 1,5% del PIB. Esto se debe principalmente al frenazo que tendrá la inversión por el escenario de incertidumbre que podría abrir el proceso constituyente”.
Luego de estos dos países viene Perú, cuya economía ha resistido a la difícil crisis política que enfrenta por el escándalo de Odebrecht, pero ya empieza a verse resentida.
Otro país ubicado en el sur de la región es Uruguay, cuyo crecimiento se ha venido desacelerando en los últimos años. El último reporte del Banco Central reveló que el PIB para tercer trimestre tuvo un alza de 0,5%, luego de haber estado en 2,5% en 2017.
Para la economista uruguaya y gerente de PricewaterhouseCoopers, Matilde Morales, la economía uruguaya tiene muchos retos qué afrontar, como lo son la sostenibilidad de las cuentas públicas y seguridad social; la competitividad de la economía (en materia de precios, eficiencias) e inserción internacional; y el deterioro del mercado laboral. Morales agregó que un fomento a la inversión extranjera permitiría que el PIB crezca a futuro.
El Producto Interno Bruto de España creció 2% en el tercer trimestre
Para el tercer trimestre de 2019, el PIB español creció 2%, luego de haber cerrado 2018 en 2,4%. Al respecto, Sergio Pascual, analista del Centro Latinoamericano de Geopolítica y exsecretario de Podemos, explicó que “la economía ha distribuido desigualmente la carga de los efectos de la crisis recortando servicios y salarios como mecanismo para sanear su competitividad exterior. El resultado es una economía más expuesta a choques externos y un tejido pequeño y mediano empresarial más débil”.
Fuente: La República