Opinión

Nuevos desafíos a la democracias latinoamericanas

El medio año de pandemia lo ha dejado claro: los efectos del coronavirus no son solo sanitarios y económico. Y uno de los que generan mayor alarma es el daño que puede causar en las democracias, particularmente en América Latina, uno de los principales focos del virus. Es que la crisis revela nuevos retos que se suman a los que enfrentaba la región antes del brote.

Una alarma a nivel global fue encendida en la carta reciente “Un llamado a defender la democracia”, impulsada por la organización gubernamental internacional IDEA y la estadounidense National Endowment fron Democracy. En esta carta más de 500 líderes, entre ellos una docena de exmandatarios latinoamericanos alertan que en la pandemia incluso gobiernos electos democráticamente acumulan “poderes de emergencia que restringen los derechos humanos y refuerzan la vigilancia estatal”.

Para aterrizar el debate e la región “El Mercurio” conversó con uno de los firmantes, el vicepresidente del Consejo de asesores IDEA y exministro Sergio Bitar y con el director para América Latina de esa organización, el politólogo argentino Daniel Zovatto. A continuación, los principales desafíos.

Avance del autoritarismo y del populismo

Mientras países como Venezuela, Nicaragua y Cuba profundizan sus características autoritarias, hay otros en los que la democracia se debilita. Entre ellos Bolivia, donde tras las cuestionadas elecciones de 2019, asumió como Presidenta interina Jeanine Áñez, para convocar a nuevos comicios. Pero las elecciones se retrasaron para el 6 de septiembre por la cuarentena y Áñez es candidata, los cual “envenena” la transición, comenta Zovatto.

Las miradas también están puestas en países en los que emergen líderes populistas: las dos primeras economías de la región, con Jair Bolsonaro en Brasil y Andrés Manuel López Obrador en México, además de Nayib Bukele en El Salvador. En el grupo, si se “fuerza argumento”, dice el polítólogo, se podría incluir a Argentina, donde Alberto Fernández tiene de vicepresidenta a la exmandataria Cristina Fernández.

Bolsonaro y Bujele ya han protagonizado peligrosos enfrentamientos con otros poderes del Estado: en Brasil, cercanos al Presidente han pedido el cierre del Congreso y de los tribunales, mientras que el propio mandatario salvadoreño amenazó a la Asamblea Legislativa en febrero, cuando acompañado por militares armados para exigir la aprobación del financiamiento para un plan contra las pandillas.

Ruptura de la confianza y necesidad de un nuevo liderazgo 

La pandemia llegó cuando países como Chile, Ecuador y Colombia estaban viviendo fuertes movilizaciones, que evidenciaron descontento por la desigualdad social, asó como una desconexión entre dirigentes y ciudadanos. Este ambiente es un factor que potencialmente complica el acatamiento de cuarentenas impuestas por las autoridades.

Para Bitar, el desafío en ese escenario tiene que ver con la “naturaleza de liderazgo” en una región en que las autoridades “gerenciales” fracasan. Asegura que los líderes exitosos son los sensibles a los problemas de la ciudadanía y destaca la popularidad del Presidente de Perú, Martín Vizcarra (aunque su país es el segundo foco regional), y del colombiano Iván Duque.

El exministro también resalta como gobiernos exitosos a los que se basan en el pensamiento científico-técnico, ofrecen transparencia y pueden sostener gobernabilidad. En ese sentido, Zovatto ve que populistas que ofrecen “soluciones simples” a una pandemia de “problemas complejos” parecen reprobar. Bolsonaro y López Obrador minimizaron la gravedad del virus (el mexicano cambió de opinión) y hoy sus países están complicados, sobre todo Brasil, el segundo foco de virus a nivel global.

Participación en las próximas elecciones

La región reanuda hoy su ciclo electoral con presidenciales en República Dominicana. Este año también habrá presidenciales en Bolivia, legislativas en Venezuela, municipales en Brasil y Uruguay y está previsto el plebiscito constitucional en Chile.

Los riesgos son varios: desde problemas sanitarios por aglomeraciones hasta baja participación, ya sea por miedo al virus o por desconfianza en la política. Y con una clase media empoderada y nuevas aprensiones por la pandemia, las protestas podrían regresar. Por eso, los expertos dicen que es fundamental darles legitimidad a esos procesos, generar espacios de diálogo social e innovar.

Bitar plantea un poder más descentralizado, con “una orientación más estratégica desde arriba”, un escenario en el que los partidos políticos deben jugar un rol. El exministro también destaca la necesidad de abordar la discusión sobre el impacto de la digitalización y el dilema de si la “tecnología sirve más a la democratización o al control social”.

El rol del Estado en la protección social

El descontento coincide con una situación económica en América Latina que ya antes de la pandemia era preocupante. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el periodo 2014-2020 será el de peor crecimiento en siete décadas. Además, la lucha contra la desigualdad se desaceleró, y los cierres de la economía amenazan con agudizar la tendencia.

La pandemia también ha revelado dos falencias estructurales: la informalidad laboral, que alcanza un 55% en la región y que complejizo el acatamiento de las restricciones sanitarias, y la debilidad de los sistemas de seguridad social.

En ese escenario, los expertos plantean que las democracias tendrán que debatir sobre el tamaño y funciones del Estado, en áreas que van desde la digitalización a la salud y la alimentación.

Integración regional frente a la disputa EE. UU-China

La escena global, con una China emergente enfrentada a un Estados Unidos cada vez más reticente a jugar el rol de líder mundial, es también un desafío para América Latina.

Para muchos países occidentales, el avance de Beijing significa una amenaza a los valores de la democracia liberal. Y China, que en la pandemia ha intentado mostrar su modelo como el más eficaz, ya es un actor clave en la región, como principal socio comercial de varios países. EE.UU., por su parte, aun mantiene influencia política y de seguridad.

Ante la pugna, Bitar asegura que América Latina debe buscar salir de la “trampa” de tener que optar, y para ello ve necesaria una coordinación regional.

Zovatto coincide en la urgencia de la integración, en momentos en que las instancias existentes están polarizadas o paralizadas. No tener voz única podría llevar a la región a la “irrelevancia”