Luego de lo que serían unas de las elecciones más reñidas en la historia de Estados Unidos y tras un escrutinio de votos a cuentagotas, en la tarde del sábado se dio a Joseph Robinette Biden Jr. como el vencedor de las elecciones presidenciales de esa nación. Así, se convierte en el presidente número 46 de ese país, quien asumirá las riendas de la primera potencia al mediodía del 20 de enero del año entrante.
Joe Biden asumirá el poder con récord como el presidente más votado en la historia de Estados Unidos y como el más longevo en llegar a ese cargo, al cumplir 78 años el próximo 20 de noviembre. A su vez, varios retos venideros: la atención del coronavirus, el restablecimiento de las relaciones internacionales y la disminución del desempleo, entre los ejes que moverán su agenda durante los primeros días.
La pandemia ha arrasado con varios de los ejes de la nación en materia política, social y económica. Según la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos registró más de 122.000 nuevos casos positivos de coronavirus en 24 horas este sábado, acumulando 9,8 millones de casos confirmados de coronavirus en lo corrido de la pandemia y un saldo de 237.126 muertos a causa de esta enfermedad, siendo el país más afectado por la covid-19 a nivel mundial, seguido por India y Brasil.
Fue la pandemia y la atención de la misma una de las banderas de la campaña de Biden y en su primer discurso, luego de ser declarado vencedor, anunció que el lunes conformará una célula de crisis sobre la covid-19 con “científicos y expertos líderes”.
Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, indicó que “Biden deberá establecer una nueva estrategia de trabajo con los gobernadores e intentar sacarla del símbolo de división de estos meses. Así como Trump bailó “con la fea”, es probable que al primer año de Biden surja la vacuna para combatir el virus, cosechando un éxito para su gobierno”.
Hace unos meses el presidente Donald Trump culpó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de no haber atendido la pandemia a tiempo y, por ende, no haber hecho nada, a la luz de sus ojos, para frenar la propagación del SARS-CoV-2. Por esta razón el republicano anunció la salida de Estados Unidos del organismo y retirar su apoyo al mismo. En contraste, Biden prometió que la primera potencia no se saldría de la OMS, por lo que se espera que el demócrata recupere los lazos con la Organización multilateral.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, felicitó al demócrata mediante su cuenta de Twitter, donde escribió: “Felicitaciones al presidente electo Joe Biden y a la vicepresidenta electa Kamala Harris. Mis colegas de la OMS y yo estamos ansiosos por trabajar con ustedes y con sus equipos”.
Además del récord que tiene Estados Unidos en número de casos y de muertes por el coronavirus, también tiene otro: la peor crisis económica en un siglo. Atendiendo a lo anterior, los índices macroeconómicos suponen un reto para Biden. La tasa de desempleo en abril alcanzó el 14,7 por ciento y el último reporte, que data de octubre, se situó en 6,9 por ciento, acumulando 11,1 millones de personas desempleadas en la primera potencia mundial.
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), alertó este jueves que el ritmo de la recuperación económica en dicha nación se está ralentizando, lo que supone retos importantes para el nuevo mandatario. No está de más tener en cuenta que así como en el gran número de las naciones a nivel mundial, las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos están marcadas por un panorama de alta incertidumbre. “La actividad económica permanece muy por debajo de sus niveles previos a la pandemia y el camino por delante sigue siendo elevadamente incierto”, indicó Powell.
“Las señales de Biden para recuperar la economía asoman como una tarea fundamental. La economía lideró las preferencias de los votantes y explica la ajustada diferencia de las elecciones. Trump se percibía más capacitado para manejar la recuperación y la mayoría de los americanos considera que hoy está mejor económicamente que hace cuatro años. Biden deberá demostrar que tiene capacidad para liderar la recuperación y postergar reformas en la dirección contraria, como la anunciada reforma tributaria”, explicó Sahd.
La atención de la pandemia y sus efectos colaterales son los retos a los que Joe Biden les dará prioridad, pero no son los únicos. El fortalecimiento de las relaciones internacionales también estará en su agenda. El sábado, Nicolás Maduro felicitó a Biden a través de su cuenta de Twitter. “Felicito por su victoria al presidente electo Joe Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris. Venezuela siempre estará dispuesta al diálogo y al entendimiento con el pueblo y el gobierno de los EE. UU.”, dijo. Lo que dejó un camino entreabierto con el demócrata, aún más si se tiene en cuenta que Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones en 2019 luego de que Donald Trump reconociera al líder opositor Juan Guaidó como presidente encargado. Amanecerá y veremos.
Otro reto tiene que ver directamente con México y de allí se despliegan lo que podríamos llamar varios “subretos”. Para nadie es un secreto la férrea posición que asumió Donald Trump frente a los mexicanos, incluso en el marco de su campaña en 2016 los catalogó como “violadores” que llevaban “drogas y crimen” a Estados Unidos, por lo que propuso crear un muro fronterizo.
Si bien Trump asumió una posición bastante cruda frente a los migrantes mexicanos indocumentados a la luz de la opinión pública, los analistas apuntan a que no fue tan dura como las políticas migratorias que en su momento asumió Barack Obama, como las cifras en materia de deportación, pero sin tantos bombos ni platillos.
No es un secreto que Trump fue crítico con esta Nación, pero luego terminó consolidando una importante relación con el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, uno de los pocos líderes del continente que no felicitó a Joe Biden por su triunfo. Y es ahí en donde surge la incertidumbre: ¿qué pasará con las relaciones bilaterales con México? El país centroamericano se ha entendido, históricamente, más con los republicanos que con los demócratas y genera incertidumbre qué pasará con esa nación.
Durante el gobierno de Trump se aprobó el acuerdo comercial entre Estados Unidos, Canadá y México, mejor conocido como T-MEC y entre las píldoras de la memoria, hay que recordar que Kamala Harris fue crítica de ese acuerdo, por lo que podría suponer una piedra en el zapato.
Hablamos de un país dividido y contrariado, en donde Biden se ha propuesto unir los dos bandos, republicanos y demócratas, en un solo sentir. Tarea titánica que busca librar, más si se tiene en cuenta el contrapeso que tendrá en el Congreso norteamericano, en donde los republicanos se encaminan a mantener su mayoría en el Senado y los demócratas la mayoría en la Cámara de Representantes. Todo está por verse.
Fuente: Semana