“Lo que estamos viendo es la consecuencia de un sistema político asentado sobre una falla geológica. No es una cuestión nueva, sino que forma parte de un sistema político que está aquejado de una profunda falla estructural”, sostiene Daniel Zovatto, director regional de IDEA Internacional, en una conversación con “El Mercurio” en la que analizó la crisis peruana en el contexto regional.
El experto comenta que, al evaluar el sistema político y la democracia peruana durante los últimos años, todos los indicadores mostraba que el país estaba, teniendo una profunda crisis y “todos nos preguntábamos por qué no había estallado”.
“Cuando vimos el desarrollo de la marcada turbulencia del segundo semestre de 2019 que serpenteó desde Haití a Honduras, pasando por Ecuador, Colombia y luego bajó a Chile, vimos en Bolivia una crisis por las elecciones y en Perú, un choque de poderes entre el Ejecutivo de Martín Vizacarra con el anterior Congreso. Eso resolvió, como lo permite la Constitución, con la disolución del Legislativo y la convocatoria a elecciones para formar uno nuevo. Pero, curiosamente, en la calle no había el nivel de turbulencia de los otros países”, plantea.
Para Zovatto, la respuesta está en la economía que, “disimulaba y anestesiaba este caos político”, y que con la pandemia ha sufrido un duro revés, aliñado con otros dos ingredientes. Uno, el artículo 133 de la Constitución que permite al Congreso destituir al Presidente por su incapacidad moral, “una pistola sobre la mesa” que ha sido mal utilizada. Dos, que tanto el Legislativo como el Ejecutivo acudieron al Tribunal Constitucional para que resuelva su pugna, una “judicialización de la política y una politización de la justicia”, en momento en que seos de los siete miembros de esa instancia tiene su periodo vencido.
“En Perú vimos dos cosas muy parecidas al resto de América Latina: una, una clase política encerrada en su burbuja, que no entiende que está pasando, como el primer ministro que dijo que “no entiendo por qué están enojados”, y una policía que no está entrenada para hacer frente de manera competente a estas manifestaciones”, y que en algunos casos “terminan llevando a violaciones a los derechos humanos”. En las protestas del fin de semana, se registraron dos muertos y 41 desaparecidos.
Otra variable en común, apunta Zovatto, es que los jóvenes salieron a la calle y es un movimiento inorgánico que protesta por el cansancio de la clase política. “Creo que van a empezar a venir una serie de peticiones, incluso de reforma constitucional, porque el modelo chileno aquí juega con efecto espejo. Todas estas crisis en América Latina de una manera y otra se van contagiando”, agrega.
Recuerda, otro factor regional de contexto, que llama “el súper ciclo electoral”, que comienza con las presidenciales en Ecuador en febrero. En ese sentido, “o canalizas esto democráticamente o abres la puerta a mayor polarización, a mayor fragmentación, a presidentes en minoría frente al Congreso, y a un grado de inestabilidad política y gobernabilidad crecientemente compleja”.
Es por eso que el analista cree que “estamos en la situación de mayor crisis para las democracias (regionales) desde 1990”. Pero “lo importante acá es que se está buscando siempre cómo salir de las crisis de manera constitucional y luego electoral, ahí hay un poco de optimismo, aunque los desafíos son mayúsculos”.
Fuente: "El Mercurio"