Como una de las regiones más golpeadas por la pandemia de covid-19, América Latina se encamina a un complejo escenario que incluye estancamiento económico, crisis sociales y desconfianza en las instituciones y que son la base para los principales riesgos que enfrenta, según un nuevo estudio del Centro de Estudios Internacionales UC (CEIUC): baja capacidad para da respuesta a las demandas de la ciudadanía, una posible nueva ola de protestas, y el aumento del crimen y la corrupción.
La primera encuesta sobre Riesgo Político América Latina del CEIUC, que se presenta hoy, preguntó a unas 4.000 personas y a 120 expertos sobre sus percepciones del panomarama social, económico y político de la región.
“Se ve que hoy hay un desafío en Latinoamérica de gobernabilidad, un debilitamiento del Estado de Derecho y que los efectos que va a dejar el covid-19 van a transformar a la crisis sanitaria en una social. Esos son los tres elementos comunes que se logran ver cuando uno agrupa los riesgos (…) En el corto plazo, Latinoamerica tiene que definir las políticas adecuadas para la recuperación económica, mientras que en el mediano plazo se tendrá que trabajar el problema endémico de su debilidad institucional”, dijo a “El Mercurio” Jorge Sahd, director del CEIUC y uno de los autores del estudio.
Baja respuesta a demandas sociales
En un escenario de crecientes demandas de la ciudadanía debido a los efectos económicos de la pandemia, que provocarían una caída del PIB latinoamericano del 8,1% según el Fondo Monetario Internacional, y que amenazan con arrastrar a la pobreza a 28 millones de personas, el estudio destaca que la incapacidad de los estados para responder a estas demandas será el principal riesgo para América Latina.
Nuevas protestas
Tras un 2019 marcado por grandes manifestaciones en varios países de la región, el estudio señala que “el covid-19 puso en cuarentena a la protesta social, pero no por eso ha sido una etapa superada”.
Además, se advierte que ante un aumento de la desigualdad, el desempleo y la pobreza debido a la pandemia, la ineficiencia a la hora de responder a las necesidades de este escenario podría llevar a un “renacer de la protesta social” lo que podría implicar inestabilidad.
Crimen y corrupción
Las facultades especiales que se han dado gobiernos para responder a la pandemia y la falta de controles podrían llevar a un aumento de la corrupción en una región fuertemente sacudida por este fenómeno en los últimos años.
Esto, según el estudio, puede favorecer al crimen organizado y al narcotráfico, mientras que la falta de empleos producto de la crisis económica puede llevar a jóvenes a caer en bandas criminales.
Apoyo a líderes populistas y autoritarios
El informe destaca que la región entrará en un nuevo ciclo electoral con cuatro elecciones presidenciales y tres legislativas, marcado por la pandemia y por el fenómeno global de “descontento social hacia las élites, la desconfianza a las instituciones y la erosión de las democracias”.
Debilidad institucional
El deterioro de la estabilidad política y del ambiente general y regulatorio representa una amenaza para América Latina, según la encuesta, que también destaca que la región “sigue mostrando resultados disímiles en cuanto a la calidad de su Estado de Derecho”, factores que podrían afectar la seguridad de los negocios y de la inversión en los países latinoamericanos.
Crisis migratoria
Los flujos migratorios de países latinoamericanos, desde donde se huye del crimen organizado, grupos armados, conflictos y crisis económicas y sociales podrían verse agravados debido a la pandemia y sus fuertes efectos en la economía.
Este escenario, advierte el informe, representa un gran desafío para los países receptores, que deberán lidiar con diversas demandas de los migrantes y un posible malestar social ante la llegada al territorio de miles de personas.
Uso de FF.AA.
El rol cada vez más visible de militares en la seguridad y la política de los países latinoamericanos revela un cambio en el papel que juegan las FF.AA. en la región, que podría ser motivo de preocupación, dice el reportaje. El estudio plantea la necesidad de encontrar un equilibrio entre las funciones de las Fuerzas Armadas en aspectos de la gobernanza institucional, sin poner en riesgo la estabilidad de los países.
Rivalidad China – EE.UU.
El creciente conflicto geopolítico entre China y EE.UU. presenta un gran desafío para una región donde varios países tienen una fuerte dependencia económica de Washington, al tiempo que crece la presencia de los intereses vinculados a Beijing.
Según el informe, es probable que la rivalidad entre ambas potencias ponga bajo presión a países de la región, y los afecte comercialmente.
Parálisis de la integración regional
La cooperación regional venía mostrando signos de desaceleración antes de la crisis sanitaria. Pero la pandemia, alerta el estudio, ha incrementado esta tendencia, ya que ha primado “el concepto del sálvese quien pueda antes que un sentido de responsabilidad regional”, lo que podría complicar aún más los procesos de integración.
Tensiones fronterizas
Las tensiones fronterizas pueden verse aumentadas en la región a medida que se incrementan las zonas limítrofes las actividades ligadas al crimen organizado a la producción y tráfico de drogas, cuyo combate por parte de los gobiernos puede generar tensión entre países, advierte el documento.
Fuente: El Mercurio