Además de dejar a las figuras más radicales del kirchnerismo, Fernández tampoco invitó al gobernador opositor de Mendoza, Rodolfo Suárez, a pesar de que cerca del 80% del comercio que va a Chile pasa por el Paso Internacional Los Libertadores. En cambio, en la visita sí participaron los gobernadores de las provincias limítrofes Raúl Jalil (Catamarca), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Sáenz (Salta) y Sergio Uñac (San Juan); y representantes del Poder Legislativo; la mayoría afines al peronismo.
De los gobernadores destaca Uñac, quien dirige una provincia con amplio desarrollo a nivel minero. “El desarrollo que experimentó San Juan es extraordinario, en términos de infraestructura, una cosa increíble gracias a los recursos de la minería… Desde ese punto de vista es una presencia muy significativa. Además, (el proyecto internacional) Agua Negra es una obra muy importante que quiere desarrollar San Juan”, dice el analista político argentino Sergio Berensztein.
El encuentro de Fernández con el Presidente de la República, Sebastián Piñera, estuvo marcado por la firma de acuerdos para la construcción de un cable óptico submarino, el funcionamiento de múltiples pasos y servicios fronterizos, el reconocimiento de licencias de conducir en ambas naciones, la implementación de un roaming y otros relacionados con la integración económica. “Si hubiésemos estado más juntos y más unidos, seguramente podríamos haber sobrellevado mejor las cosas”, dijo el Mandatario argentino en La Moneda.
Su viaje al país fue postergado por distintas circunstancias, la más reciente una cuarentena de 14 días cumplidos ayer por el Presidente Piñera y la Primera Dama, Cecilia Morel, tras ser contactos estrechos de un paciente con Covid-19. “Esta visita tiene que contribuir a enmendar el rumbo de lo que fue el primer año del Presidente Fernández en materia de política exterior, donde tuvo un protagonismo en el Grupo de Puebla, y una serie de hechos o declaraciones desafortunadas respecto a Chile”, dice Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, a El Líbero.
Para José Antonio Viera-Gallo, ex embajador de Chile en Argentina, el encuentro está enmarcado en una política de Estado de “coincidencia estratégica” entre ambos países. “No varía mayormente con los cambios de Gobierno”, señala.
Coincide con el embajador Bielsa, quien ayer en una carta en El Mercurio, refirió que las naciones tienen que sumar fuerzas para potenciar su presencia internacional. De acuerdo con Viera-Gallo esto supone, en el campo económico, “encadenamientos productivos”, potenciar la infraestructura y mejorar los pasos fronterizos. “Es fundamental dar un impulso al túnel de Agua Negra en la provincia de Coquimbo y San Juan, y al mismo tiempo buscar nuevas conexiones ferroviarias entre Chile y Argentina. Tenemos una conexión que va de Salta a Antofagasta, y debiera proyectarse la conexión del tren que debiera ir entre Bahía Blanca y los puertos de la región del Biobío. Y al mismo tiempo ambos países debieran fortalecer su colaboración antártica y en los mares del sur”, indica el ex diplomático.
Hoy, el Mandatario prevé una reunión de trabajo en la Fundación Democracia y Desarrollo con el ex Presidente Ricardo Lagos, y luego se dirigirá a la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), donde brindará una conferencia magistral. Posteriormente, tendrá una reunión privada con la secretaria general del organismo regional, Alicia Bárcena; y, aproximadamente, a las 13:00 horas encabezará una mesa de trabajo en la residencia oficial, acompañado por la subsecretaria del Mercosur y Negociaciones Económicas Internacionales, Rossana Surballe, con empresarios e inversores chilenos. En la última actividad, el Presidente argentino participará de un encuentro por videoconferencia, a las 14:30 horas, con empresarios e inversionistas convocados por el Comité Empresarial Binacional.
El internacionalista Sahd observa una evolución en el mandato de Fernández, el cual puntualiza en tres aspectos: “El Presidente Fernández gradualmente ha tenido una aproximación más pragmática en las relaciones exteriores a diferencia de su primer año, y ha ido bajando su protagonismo en el Grupo de Puebla; y ha sabido manejar mejor las tensiones internas con ciertos sectores más duros del kirchnerismo”.
En 2020, Argentina tuvo un mal desempeño en materia de inversión extranjera y, de acuerdo a cifras de la Organización de Naciones Unidas (ONU), es uno de los peores del mundo en atraer capitales foráneos debido a la inestabilidad política, economía errática, presión tributaria e inseguridad jurídica son causas apuntadas por empresarios y economistas. “Para Chile-Argentina es fundamental el diálogo empresarial y hay un nivel de intercambio comercial, y oportunidad en materia de inversión extranjera”.
De acuerdo con Raúl Aragón, profesor de las universidades de Matanzas (Argentina) y de Salamanca (España), esta visita de Fernández no solo podría ser significativa a nivel económico, sino también político. “El Presidente Fernández está parado sobre una coalición de cuatro fuerzas que tiene programas y perspectivas ideológicas muy distintas, lo cual complica muchísimo la gestión, y tanto en lo interno del Gobierno como en su interacción con el resto del mundo. Hay una inmensa presión de un sector del kirchnerismo, que es un sector más fuerte dentro de la coalición, por una inclinación hacia el populismo sudamericano“, explica.
Estima que el encuentro con el Presidente Piñera podría generar tensión entre Fernández y el kirchnerismo más duro.
Resarcir las relaciones
En medio de las manifestaciones de 2019, Fernández comparó la situación de Venezuela con Chile. “Yo me acordaba días atrás, cuando recibí a las organizaciones de derechos humanos venezolanas, en 2013, cuando (Nicolás) Maduro, después de una manifestación apresó 800 personas. Piñera metió presas a 2.500 personas y nadie dijo nada”, dijo en una entrevista al canal argentino América TV.
No sería la única intervención que ocasionó resquemores. En 2020, Fernández comparó erradamente las tasas de mortalidad por coronavirus de Argentina con Chile; una equivocación que costó a su Gobierno una disculpa pública. Casi en paralelo, en abril de 2020, el Presidente de Argentina llamó a la unidad de la oposición chilena para “recuperar el poder”, en una videoconferencia con el Grupo de Puebla.
Según Sahd, estos hechos “hablan de un comienzo de la relación, al menos, a nivel público” con tropiezos. La agenda de Fernández, en las 48 horas que estará en el país, está marcada por encuentros con empresarios de alto nivel y figuras políticas de la izquierda. Además de reunirse con el Presidente Piñera, el Jefe de Estado de Argentina visitó el despacho del ex Presidente Salvador Allende, acompañado por la senadora Isabel Allende y su hija, Marcia Tambutti, donde haría una ofrenda floral. Ayer, en la tarde, también tuvo audiencias con la presidenta del Senado, Adriana Múñoz, y el presidente de la Cámara de Diputados, Diego Paulsen. Su jornada del martes concluyó con una reunión con un grupo de dirigentes políticos e intelectuales chilenos en la residencia oficial de Argentina.
Los aliados políticos de Fernández
“Es natural que en las giras presidenciales los presidentes se reserven un espacio para actividades de orden privado, que van más allá de la agenda oficial. Lo importante es que haya una proporción adecuada entre lo que es su agenda oficial y la paralela. No veo problema que se pueda reunir con representantes de la izquierda chilena, en la medida que sea una actividad privada y represente un lugar menor o pequeño en su agenda oficial”, explica el internacionalista Sahd.
En contraste, la visita fue cuestionada por el parlamentario Juan Antonio Coloima, jefe de bancada de diputados de la UDI de la Cámara Alta. “Desde su llegada al gobierno de la República Argentina, hemos visto una clara tendencia a la priorización de las relaciones de su administración con el Grupo de Puebla, especialmente dentro del primer año de mandato”, escribió una carta pública.
Sin embargo, Aragón precisa que el Presidente se alejó del Grupo de Puebla por considerar una “instancia ya finalizada” en el último año. “Hay en América Latina una vuelta del populismo que preocupa, y Alberto Fernández busca situarse en el medio de eso“.
Para Berensztein el Jefe de Estado podría tener pretensiones de posicionarse como un mediador político en crisis regionales, específicamente en la venezolana; motivo por el cual intenta mantener relaciones equilibradas con diferentes mandatarios de América Latina.
Destaca que existen elementos esenciales que impiden que Fernández ignore a sus aliados de la izquierda chilena, no obstante. “Uno de los asesores en política exterior de Presidente Fernández es Marco Enríquez-Ominami, y él tiene una relación pasada con el padre cuando era senador. Con lo cual, digamos, sus afinidades más importantes están con la centro-izquierda chilena; ahora más desplazada y venida a menos, pero ahí están sus vínculos fundamentales”.
Fuente: El Líbero