Este año difícilmente podía partir más convulsionado. El asalto a la democracia en Brasil y el intento de autogolpe en Perú nos recordaron que el riesgo político sigue siendo elevado en la región. Así lo confirma la tercera edición de Riesgo Político América Latina 2023 del Centro de Estudios Internacionales UC, que hoy presenta los 10 principales riesgos del hemisferio.
El reporte está marcado por dos elementos. El primero es la reconfiguración política, con el regreso de la “marea rosa”, en versión 2.0, donde cinco de las seis principales economías de la región -Brasil, México, Chile, Argentina y Colombia- serán gobernadas por fuerzas de izquierda. A diferencia del pasado, es probable que los ciclos políticos sean más cortos, porque el voto de castigo es el que está definiendo las elecciones: de las 15 elecciones desde 2019 a la fecha, en 14 el oficialismo perdió, con la excepción de una Nicaragua sin elecciones libres.
Un segundo elemento central será el enfriamiento de la economía, cuya desaceleración podría hacerla crecer a menos del 1% del PIB. Esta caída de la economía, sumada a la aún elevada inflación que impacta en el costo de vida y las mayores restricciones financieras, puede generar nuevas explosiones de malestar social.
En un reflejo de la realidad actual, el índice de riesgo político ubica al crimen organizado en el primer lugar, demostrando que la inseguridad es una sensación generalizada en la región y que las organizaciones criminales son cada vez más transnacionales: ya no sólo se concentran en México, Colombia y América Central, sino que tienen presencia en la mayoría de los países de la región, como lo sufre nuestro propio Chile.
La democracia tampoco pasa por un buen momento. Por segundo año consecutivo, el deterioro democrático se ubica dentro de los dos primeros lugares. El retroceso de la democracia es una expresión de la creciente indiferencia de las sociedades respecto de su sistema político (el resultado es más importante que el medio) y la desconfianza mayoritaria hacia la clase política y las instituciones públicas. Los recientes episodios en Brasil y Perú; el alto apoyo a gobiernos con rasgos autoritarios como México y El Salvador, y la violación de libertades básicas en las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, son algunos ejemplos.
El riesgo de que los flujos migratorios aumenten aún más los enfrentamientos sociales vuelve a figurar como una de las amenazas más relevantes. El éxodo venezolano, que ya se acerca a los 6 millones en América Latina, presiona cada vez más los servicios públicos básicos, como salud, vivienda y educación. No basta con una respuesta nacional, sino que requiere una coordinación regional, algo donde los gobiernos han puesto poco interés.
La lista de riesgos políticos 2023 incluye amenazas directas a las empresas, como el aumento de ataques cibernéticos y la pérdida de competitividad para la inversión, así como riesgos para los gobiernos con la proliferación de noticias falsas, la mayor polarización política y las consecuencias sociales de la inseguridad alimentaria.
Este año será intenso políticamente. A las elecciones presidenciales en Argentina Paraguay y Guatemala se suman el segundo tiempo constitucional en Chile; el primer año de Lula en Brasil y Petro en Colombia; las negociaciones políticas en Venezuela; la evolución de la crisis política en Perú, y la compleja situación de seguridad en Ecuador, entre otros.
La sumatoria de los riesgos y eventos políticos anticipan otro año complejo y harán cada vez más necesario que gobiernos, empresas y organizaciones sean capaces de navegar en aguas turbulentas e inciertas.
Fuente: Diario Financiero