Santiago de Chile, 28 ene. Chile y Alemania refuerzan sus relaciones de cooperación gracias a una esperada visita del canciller Olaf Scholz a Santiago, donde será recibido este domingo por el presidente chileno, Gabriel Boric, para avanzar en una agenda que tiene como ejes centrales la transición energética y el cambio climático.
“Alemania empieza a buscar otros socios y estrechar sus vínculos con la región, con la que comparte valores similares y una preocupación por el cambio climático”, comenta a EFE la directora del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Dorotea López.
Para el coordinador de investigación del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica, Diego Rojas, “es una oportunidad para ambos países de seguir profundizando lazos y desarrollar una agenda mucho más robusta y sostenible en el tiempo”.
Chile y Latinoamérica no han sido una prioridad de la política exterior alemana. Desde la caída del muro de Berlín, solo tres cancilleres alemanes han visitado el país: Helmut Kohl (1991), Angela Merkel (2013) y ahora Scholz, socialdemócrata que gobierna junto a verdes y liberales y que llega a Chile en el marco de una gira sudamericana que lo llevará también a Brasil y Argentina.
LITIO E HIDRÓGENO VERDE
“Hay un giro en la política exterior alemana hacia Chile y la región motivado por sus necesidades energéticas, ya que los precios de la electricidad y el gas se han triplicado desde el inicio de la guerra en Ucrania”, explica a EFE el politólogo y doctorando en Relaciones Internacionales de la Universidad de Erlangen-Núremberg, Juan Carlos Aguirre.
Las áreas de colaboración entre ambos países hoy se centran en materia energética, científica y comercial.
“El intercambio comercial entre ambos países ha crecido un 6,1 % en el periodo 2016-2021 y, aunque las exportaciones chilenas se basan en el cobre y concentrados, en los últimos diez años también se ha sumado el litio, necesario para la industria motriz germánica”, señala Aguirre.
Para Rojas, otro punto a considerar será la generación de hidrógeno verde, “donde ha existido un interés de producción no menor que vincula a ambos países”.
Aguirre recuerda que en 2021 Chile y Alemania “acordaron fortalecer la cooperación en hidrógeno verde y anunciaron la creación de un grupo de trabajo, en el marco de la Asociación Chileno-Alemana de Energía, para identificar proyectos viables en este ámbito”.
¿UN EPISODIO AÚN POR CERRAR?
Uno de los episodios más controvertidos que ha marcado las relaciones entre ambos países fue la instalación en Chile de un enclave nazi, Colonia Dignidad, dirigido por el alemán Paul Schäfer, donde se cometieron reiterados abusos sexuales contra menores y, además, funcionó como centro de detención y tortura durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Quienes lograron escapar denunciaron lo que ahí ocurría ante distintas autoridades, entre ellas la Embajada de Alemania en Chile, pero los diplomáticos rechazaron sus solicitudes de asilo e hicieron la vista gorda.
En 2016, el entonces ministro de Asuntos Exteriores alemán, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, pidió disculpas por la actitud de la diplomacia alemana, que optó por mantener las relaciones bilaterales con la dictadura.
“Si bien estableció un precedente en la relación diplomática entre ambos países, para los afectados no es suficiente porque aún hay artífices directos de aquellos crímenes que están en libertad”, apunta Aguirre.
Para él, “el capítulo más negro de la diplomacia alemana en Chile aún está abierto y ahora el canciller Scholz tiene la oportunidad de cerrarlo de forma definitiva”.
RELACIONES HISTÓRICAS
La relación chileno-alemana comenzó a forjarse institucionalmente en 1850, con la llamada Ley de Colonizadores, la primera Ley Migratoria de Chile, que permitió el arribo de colonos alemanes al sur del país y que “trajo consigo el inicio de las relaciones en materia científica y militar”, precisa Aguirre.
Tras una “etapa de enfriamiento” (1914-1940) debida a las dos guerras mundiales, llegó un “período de reacercamiento” marcado por la caída del muro de Berlín y la transición a la democracia en Chile –dice el experto–, en el que las relaciones se fortalecieron en parte por la “influencia y apoyo” de fundaciones políticas alemanas a la resistencia política contra la dictadura.
“Desde entonces, la relación se ha mantenido fortalecida por el intercambio comercial, científico y por los vínculos político-partidistas”, concluye Aguirre.
Fuente: Infobae