Opinión

Cumbre Iberoamericana 2023

Con una agenda en la que destacan temas como los desafíos de acceso al entorno digital, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación, la seguridad alimentaria, el comercio intrarregional y un sistema financiero internacional justo, se espera que las más altas autoridades de Iberoamérica adopten instrumentos tendentes a garantizar el desarrollo de la región. El cronograma de la Cumbre inició el pasado 22 y 23 de marzo con la Reunión de Coordinadores Nacionales y Responsables de Cooperación; continuando hoy con la Reunión de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores iberoamericanos, y el acto de inauguración, mientras que el día 25, se llevará a cabo la sesión plenaria.

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo De Sousa, y la presidenta de Honduras, Xiomara Castro Sarmiento, se convirtieron en los primeros mandatarios en llegar al país caribeño, para la cita que esta vez se conduce bajo el lema: ‘Juntos por una Iberoamérica justa y sostenible’.

En conferencia de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores de República Dominicana, Roberto Álvarez, indicó que en el diálogo que dirigirá el presidente Luis Abinader, se adoptarán tres documentos: La Ruta crítica de seguridad alimentaria incluyente y sostenible en Iberoamérica, con el fin de garantizar el disfrute del derecho a la alimentación de todas las personas; la Carta medioambiental Iberoamericana, que refleja la visión compartida de la comunidad iberoamericana frente a los desafíos globales del cambio climático y la búsqueda de acciones que garanticen un desarrollo sostenible y respetuoso de la naturaleza; y la Carta Iberoamericana de Principios y Derechos en los Entornos Digitales, que procura entre otros temas, garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales y responsabilidades en la construcción de sociedades digitales inclusivas, justas, equitativas e igualitarias.

 

Desde la ciudad caribeña, serán adoptados cuatro instrumentos a través de los cuales Iberoamérica fijará su posición y planteará soluciones a temas medulares para los gobiernos. Además de discutir la creación de políticas públicas en estas áreas; la búsqueda de una transformación digital inclusiva, en la que se reduzcan las brechas actuales y se desarrollen políticas públicas; la seguridad alimentaria, a través del aumento del comercio intrarregional, además de evaluar el estado actual de la actividad agrícola, el acceso a financiamiento y el fortalecimiento de la estructura digital rural; y un sistema financiero internacional “más justo y flexible”.

Estos instrumentos serán la Carta Medioambiental Iberoamericana, la Carta de Principios y Derechos Digitales Iberoamericanos, la Estrategia para alcanzar la seguridad alimentaria y el Comunicado Especial sobre Arquitectura Financiera Internacional.

Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad Católica de Chile, explica en entrevista con Forbes que la Cumbre cobra una relevancia especial ya que “hoy América Latina enfrenta un escenario económico de caída significativa, un retroceso democrático y problemas complejos que requieren una respuesta regional, como los flujos migratorios descontrolados que están generando tensiones sociales”.

 “Un segundo tema esencial es cómo América Latina puede fortalecer sus relaciones con la Unión Europea. Hoy la región está más dependiente de China y Estados Unidos, y estas potencias están enfrentadas estratégicamente en los planos comercial, tecnológico, financiero y militar, de manera que la Unión Europea ofrece un espacio para diversificar las relaciones económicas internacionales de Latinoamérica”, remarca.

De acuerdo con Sahd, Latinoamérica es punta de lanza en los objetivos de transición energética al contar con las principales reservas de litio, esenciales para la electromovilidad, específicamente Chile, Bolivia y Argentina con el Triángulo del Litio, “lo que puede representar una oportunidad o un salto para la región”.

“Por otro lado, la capacidad de generación de energía renovable ha aumentado significativamente en la última década y en consecuencia, la Cumbre Iberoamericana también puede ser un sitio de diálogo para evaluar cómo Latinoamérica dado este potencial con materias primas y recursos naturales críticos como el litio, el cobre y el cobalto, fundamentales para la transición energética, puede aprovechar la oportunidad”.

Mientras tanto, José Luis Parra, director ejecutivo del Observatorio Estratégico de la Alianza del Pacífico, analiza en entrevista con Forbes que esta cita es relevante ya que “la región requiere incrementar la cooperación para hacer frente a fenómenos como el cambio climático, la seguridad alimentaria, el narcotráfico y la ciberseguridad”. 

Destaca que el presidente Chile “llevará una agenda particular que es el tema migratorio”, frente a lo cual debería existir una estrategia mancomunada entre los países, al tiempo que las reuniones bilaterales, permitirán implementar de forma mucho más rápida y coordinada, los acuerdos entre países. 

“Es el momento del diálogo abierto y sincero entre los países para generar los cambios que la población espera. Hay una alta expectativa de los gobernantes que han asumido recientemente como Petro y Boric. Posiblemente los acuerdos a los que se llegue no serán muy contundentes”, dice. 

La Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno es la máxima instancia de la Conferencia Iberoamericana, un mecanismo de concertación política y cooperación de los países que conforman la comunidad.  Fue creada en julio de 1991 en la ciudad Guadalajara, México, con el objetivo de desarrollar los ideales de Iberoamérica en base al diálogo, la cooperación y la solidaridad.

Fuente: Forbes