Opinión

China sale (de nuevo) en búsqueda del mundo

Algunos eventos de los últimos meses nos han hecho recordar ciertas prácticas utilizadas a fines de la década de los setenta en China como primeras manifestaciones del proceso de “reforma y apertura” iniciado por Deng Xiaoping: las “giras de estudio” (study tours).

Si bien en ese entonces el principal objetivo era aprender de los avances que estaba experimentando occidente después de décadas de aislamiento chino, presenta la similitud de que, una vez más, China es consciente de la necesidad de volver a salir al mundo luego de años de encierro producto del Covid-19; esta vez, para apuntalar su economía.

Estas misiones fueron de inspiración japonesa, sobre todo las iniciadas en 1871 (Misión Iwakura), en donde más de cincuenta líderes de gobierno estuvieron prácticamente dos años fuera de Japón, realizando visitas a quince países para aprender de avances en industrias tan variadas como la agricultura, minería, finanzas, cultura, educación, fuerzas armadas y de seguridad. La finalidad de estas delegaciones era promover un cambio radical en Japón y sentar las bases de su modernización.

Pasaron cien años y, Deng Xiaoping, en búsqueda del momento de la transformación económico-social china, impulsó estos viajes de estudio por parte de oficiales de gobierno para traer ideas que permitieran acelerar la modernización de China. Icónico fue, en este sentido, el viaje que el mismo Deng realizó a Francia en 1975 (Vogel, Ezra F.).

La economía de China está pasando por un desafiante momento. Demostración de ello ha sido la reciente reducción realizada por el Banco Popular de China de la tasa de interés de préstamos a un año (LPR) al 2,5%; la decisión de suspender la publicación de estadísticas relativas al desempleo juvenil (la que habría alcanzado un récord del 21,3% en junio pasado); como el que uno de los principales desarrolladores inmobiliarios (Country Garden) haya suspendido la comercialización de varios de sus bonos locales, generando alertas respecto a su situación financiera. Decepcionantes, también, han sido los datos de producción industrial como las ventas del retail; y, probablemente ya un hecho, que será muy difícil alcanzar la meta cercana al 5% de crecimiento anual sin estímulos adecuados.

Es por ello, que cientos de delegaciones gubernamentales de comercio e inversión han comenzado a realizarse desde el año pasado, con el objeto de buscar nuevas oportunidades de negocios, y de reencantar al mundo con la idea de que China es un gran lugar para invertir y un buen socio con el que comerciar. Clara fue la señal que dio en ese sentido el premier Li Qiang durante el China Development Forum, al expresar que el gigante asiático está “open for business”.

Esta tendencia ha llegado a nuestra región; en donde hemos visto una creciente presencia de delegaciones chinas provenientes de diversas provincias e industrias, ávidas de restablecer contactos de años anteriores y de presentar innumerables proyectos en búsqueda de capital.

Por lo tanto, debemos estar alertas como región y país a la gran oportunidad que representan estos nuevos “study tours” ya que, a lo menos a lo largo de su historia, China no se ha caracterizado por salir de forma “desesperada” al mundo. Pero, cuando lo ha hecho, los beneficios -para quienes han entendido la señal- han sido claramente cuantiosos.

Fuente: Diario Financiero