El 21 de febrero de 2023, entró en vigor en Chile el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), también conocido como TPP11;un acuerdo de integración económica plurilateral en la región de Asia Pacífico.
En concreto, el acuerdo abarca diversos aspectos vinculados a la política comercial, como acceso a mercado en bienes, facilitación de comercio, compras públicas, propiedad intelectual, servicios, comercio electrónico, inversiones, medioambiente, asuntos laborales, entre otros, y está vigente en 11 países: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
En tanto, en julio de 2023, con ocasión de la reunión de Séptima Comisión Administradora del CPTPP, sostenida en Auckland, Nueva Zelandia, se suscribió el Protocolo de Adhesión del Reino Unido a este tratado, quedando pendiente solo la tramitación interna de los miembros CPTPP para su entrada en vigor. Hasta ahora, Chile es el único país del CPTPP que cuenta con acuerdos comerciales con el resto de los 10 países que lo integran.
El 11 de octubre de 2022, el Senado aprobó el CPTPP, luego de cuatro años de tramitación legislativa. En su última fase de tramitación fue despachado por la sala del Senado por 27 votos a favor, 10 en contra y 1 abstención. En la Cámara fue aprobado por 77 votos a favor, 68 en contra y 2 abstenciones en abril de 2019.
Ya en diciembre del año pasado, la Cancillería envió para su depósito en Nueva Zelanda (depositario del acuerdo) el instrumento de ratificación del CPTPP, que notifica la conclusión de los trámites legales internos. De tal modo, completada la tramitación interna, el acuerdo entró en vigor hace un año.
La dimensión política
El proceso de tramitación trascendió a varios gobiernos, experimentó una serie de eventos en su camino y generó distintas tensiones en materia de política interna, a raíz de las llamadas "dos almas" que habitan en el bloque gobernante y sus posturas en torno al libre comercio.
Desde un principio, el Partido Comunista había adelantado que rechazarían el acuerdo, bajo el argumento que este no generaba ningún beneficio para el país. En tanto, desde el PS, mostraban mayor templanza al respecto, y su presidenta, Paulina Vodanovic, sostuvo entonces que se iniciaría una ronda de conversaciones para tomar una decisión.
El 19 octubre del año pasado -a sólo ocho días tras ser aprobado por el Senado-, 42 diputados y diputadas firmaron un requerimiento dirigido al Tribunal Constitucional, que tenía como objetivo declarar insconstitucional la tramitación del TPP11 y así poder anular su aplicación.
Los parlamentarios que respaldaron el requerimiento eran parte del comité comunista, Frente Amplio, PPD, Partido Radical, PPD, DC y sólo un PS.
El día anterior, la entonces canciller, Antonia Urrejola, ya había reconocido que el acuerdo generaba divisiones en el oficialismo. "Yo creo que dentro de la coalición de Gobierno siguen habiendo voces que creen que no da beneficios, me parece importante señalarlo, y otras voces dentro de la coalición de gobierno que entienden que sí hay beneficios. Yo lo que quiero recalcar es que nosotros estamos respetando una decisión del Senado y lo que corresponde ahora es ratificarlo y hacernos cargo de su implementación", enfatizó la ex ministra.
El tratado llevaba dos semanas en vigencia, cuando el Presidente Gabriel Boric realizó -el 10 de marzo- un cambio de gabinete que implicó la remoción de José Miguel Ahumada de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei). El hombre de confianza académica del Mandatario había protagonizado una serie de polémicas y tensiones al interior del Socialismo Democrático, incomodando incluso al propio ministro de Hacienda, Mario Marcel.
Su gestión estuvo marcada por su postura en contra de los tratados internacionales, especialmente contra el TPP. "Al presentar el proyecto sobre el TPP11 el Presidente Sebastián Piñera señaló que permitirá aumentar y diversificar las exportaciones nacionales e insertar empresas nacionales en cadenas globales de valor. Sin embargo, ninguno de esos dos objetivos clave se cumplirá con el acuerdo. En el contexto actual su efecto será, en el mejor de los casos, neutral; en el peor, regresivo", expresó en una columna publicada por Ciper, en 2019.
En tanto, el 9 de mayo de 2022, había anunciado el inicio de un proceso de consulta ciudadana para determinar qué camino seguir en materia de comercio exterior, apuntando precisamente a la revisión del TPP1. Con ello, a juicio de diplomáticos y expertos, puso en tela de juicio la trayectoria de tratados internacionales del país en los últimos 30 años. Con todo, la iniciativa no se concretó.
En tanto, su última polémica fue la firma de la primera side letter acordada entre el Gobierno y un país miembro del TPP11 (Nueva Zelanda), con la cual ambos países no se someterán al mecanismo de resolución de controversias del pacto. La decisión de ex subsecretario generó dudas y cuestionamientos entre legisladores oficialistas y de oposición, dado que el Gobierno se había comprometido a que ese tipo de tratos debía ser revisado por el Congreso Nacional antes de su suscripción.
Los efectos en materia comercial
Según el reporte de la Subrei, las exportaciones de Chile al bloque económico lleguen a los US $12.855 millones, aunque éstos constituyen una baja del 8,4% respecto al año anterior. Además, destaca que más empresas chilenas exportaron a los países del tratado, y casi el 60% de los productos enviados mostraron alzas en sus ventas al bloque.
Para el ex jefe negociador de Chile en el TPP11 y senior manager Global Trade & Investment de Deloitte, Felipe Lopeandía, es importante mirar el contexto económico general, marcado por "años difíciles" en el comercio internacional, especialmente para Chile, "que no fue un año tan positivo en esta materia; vimos ciertas contracciones en términos de importaciones y exportaciones, y eso, de alguna manera, ha tenido algún reflejo en nuestro intercambio comercial con los países miembros del TPP11".
No obstante, destaca como positivo el aumento de las exportaciones en aquellos productos de la oferta exportadora de Chile que tenían alguna limitación en el acceso a países miembros del tratado. "Uno esperaría que esta tendencia siga consolidándose". Asimismo, destacó como "buena noticia" el aumento de las exportaciones de los servicios -vinculados a áreas como construcción e ingenierías- con los algunos de los países integrantes.
Lopeandía marca un contraste entre estos primeros efectos del TPP11 con el "debate extremadamente ideologizado" que se dio en el camino a su aprobación, "y que muchas veces se traspasó ese debate en ciertas líneas, entre lo que eran argumentos basados en evidencia y los que no necesariamente".
En la misma línea, Jaime Gallegos, doctor en Derecho y director del Departamento de Derecho Económico de la Facultad de Derecho de la U. de Chile, comenta que la ratificación de Chile al TPP11 es positivo, "en el sentido de que si bien no ha habido un incremento de exportaciones en sumas acumuladas en lo que respecta a Chile, no puede perderse de vista que el país ya contaba con tratados de libre comercio con esas economías, y además no puede perderse de vista el contexto global de contracción de los flujos comerciales".
Lo anterior, según el académico, podría explicar que aún no se exploten del todo los mejores acceso a algunas economías relevantes como Japón, "y permite recordarnos que los beneficios se concibieron a mediano plazo, como permitir, mediante herramientas normativas concretas, encadenamientos regionales de producción, y cuestiones de este tipo toman tiempo".
Respecto a las voces detractoras, comenta que es "legítimo, e incluso sano", que surja un cuestionamiento a la política comercial desarrollada por Chile, "y que muchas veces pasó inadvertida o sin un debido escrutinio por parte de la academia o de tomadores de decisiones, al momento en que Chile iba adoptando una serie de compromisos internacionales".
"Con todo, y planteado el debate, en su momento, el Parlamento, adoptó una postura clara y categórica de querer seguir avanzando y profundizando la estrategia exterior de nuestro país, diversificando los riesgos, con una amplia gama de socios comerciales con acceso preferente, en un momento muy delicado del comercio internacional. La estrategia construida a lo largo de los años, confirmada por el Presidente Boric, parece ser positiva, y no le dan la razón, a mi juicio, a quienes cuestionan el modelo", cerró.
Por su parte, Jorge Sahd, director del Centro de Estudios Internacionales de la UC, quien también destaca los réditos que ha significado el TPP11, para Chile, pone el foco en que ni China y Estados Unidos forman parte de este acuerdo, "lo que permite reducir la dependencia a largo plazo a esos dos mercados, y parte de la estrategia de la política comercial chilena debe ser la diversificación, y el TPP debe ser la oportunidad para ello".
Asimismo, destaca que desde el punto de vista de la inversión extranjera, el que Chile sea parte del acuerdo genera "mayor certeza jurídica para estos acuerdos en el ámbito de los países del TPP11".
Con todo, Sahd lamentó que "por un gusto ideológico del PC, del Frente Amplio y de algunas autoridades de la época, perdimos cerca de un año en ratificar el TPP11, y el tiempo demostró que era una posición basada en prejuicios e ideología, que en la realidad. La oposición fue más bien un gusto ideológico, totalmente contrario a la política de Estado que ha llevado Chile en los últimos 35 años en materia comercial".
Fuente: Emol