Leyendo un artículo sobre West Point [1] y en consideración a una antigua columna de 2015, titulada “Reformas en West Point y en la Academia Diplomática”[2], decidí que era tiempo de complementarla, incorporando algunos antecedentes que he recopilado.
La Academia Militar de West Point (US Military Academy) fue creada en 1802, sin embargo, su gran transformación se produjo en 1817 bajo la administración del Presidente James Monroe, - el mismo de la Doctrina Monroe, quien sostenía “América para los Americanos”. Dicho mandatario recomendó la dirección de West Point al Coronel Sylvabus Thayer, antiguo alumno, quien es considerado “el espíritu de West Point”. Fue su Director entre los años de 1817-1833.West Point se ha caracterizado por ser una institución muy exigente y disciplinada, y sus alumnos serían una suerte de “hermanos de sangre“. Si bien, en un principio, la mayoría de sus alumnos provino del noreste del país, las autoridades de la época, en especial el Congreso, exigió que su dotación aumentara, admitiendo estudiantes de otros Estados, siempre en base a sus méritos y capacidades.
En relación a la preparación del cuerpo docente de West Point, se estimó en una oportunidad que no estaba al nivel de las universidades: “en 1962 sólo un cuatro por ciento de profesores tenía titulación de doctor y un 71% la de máster. En 2002, estas cifras eran ya respectivamente el 40 y el 57 por ciento”.[3]
Por otra parte, la malla curricular de West Post ha sido modificada en función de sus necesidades, por ejemplo: “Entre 1959 y 2001, hubo nueve importantes periodos de debate sobre el currículum […] si en los primeros ciento cincuenta años de su historia, estos debates ocurrían cada diez a veinte años, entre 1976 y 1988 se produjeron cada tres o cuatro años seguidos de cambios curriculares”.[4]En contrapartida, en el lejano Chile, la Academia Diplomática de Chile (ACADE) fue fundada en 1954. Tiene el nombre de Andrés Bello, como un justo homenaje al insigne jurista chileno-venezolano, quien ejerció el cargo de lo que hoy sería de Subsecretario de Relaciones Exteriores (desde el año 1834 hasta 1852).
Por otra parte, el Embajador Mario Barros van Buren en el año 1974, fue quien sugirió e insistió con éxito en la adquisición del entonces Palacio Edwards, para transformarlo en la actual sede de la ACADE, la cual se encuentra en proceso de reconstrucción-restauración.Por lo expuesto, comparto algunas reflexiones y sugerencias como egresado de la ACADE, ya que ésta celebra 70 años de existencia:
Convendría una campaña comunicacional a nivel regional para explicar los propósitos, objetivos y competencias del Ministerio de Relaciones Exteriores, en particular, su ACADE.
Debe propiciarse y mantenerse un proceso de admisión y selección que sea objetivo, transparente, en las que las cualidades personales, profesionales y en especial, la vocación pública del postulante, sean ponderadas adecuadamente.
Conviene diseñar una Estrategia de mediano y largo plazo para la ACADE, que trascienda el período de gestión que le corresponde a su Director. Esto derivado que en los últimos años, los Directores duran un período presidencial.
Proceder a una reformulación del Plan de Estudios, en donde se integren cursos de estrategia, negociación, geopolítica e inteligencia, entre otros. Estas materias debiesen ser permanentes. Asimismo, podría evaluarse la posibilidad de ofrecer ramos de política consular, cultural y de cooperación.
Con respecto a la Historia Diplomática, este ramo a mi juicio es fundamental, ya que si no entendemos el origen ni en qué consiste la diplomacia –nacional e internacional- , ¿cómo podremos saber hacia dónde dirigirnos? Como señala Henry Kissinger en su libro “Liderazgo”, quien señala que consultado Churchill por un estudiante sobre cómo podía prepararse alguien para afrontar los retos del liderazgo, le respondió: ”Estudia la historia. Estudia la historia”.
Asimismo, para la geopolítica, la prioridad es la supervivencia del Estado, “en la medida en que se trata del primer imperativo al que debe responder. Todo ser humano y todo Estado…Por lo tanto, desde Tucídides hasta el siglo XXI, sin solución de continuidad, el realismo expone lo que las cosas son, no lo que deberían ser (Leiter,2001:245), dejando atrás las apelaciones socráticas a la virtud y la justica”.[5]
Por otra parte, tengo muy gratos recuerdo de la ACADE, pero es evidente que los ejemplos de West Point mencionados podrían ser útiles cuando se estudie una modernización de la ACADE. Mi experiencia indica que el proceso de admisión, selección e ingreso es riguroso y difícil, pero el nivel de exigencia al interior de la ACADE podría ser más exigente, más propio de un modelo universitario. Para ello, se requiere dotarla de un cuerpo de profesores competente y estable, cuya nómina no dependa de la voluntad del Director de turno.
Por último, es fundamental que los alumnos se sientan parte de un cuerpo, de una institución comprometida con los intereses permanentes del Estado, de su gente y de la imagen de Chile. Para ello, se requiere fortalecer el trabajo en equipo y fomentar el liderazgo.
Francisco Devia
Diplomático
Colaborador CEIUC
[1] “El reto de la formación inicial de oficiales: lecciones aprendidas de Estados Unidos y España” de Enrique Gaitán Monje. Tomado del libro: El Proyecto GAR-SI Sahel. La Guardia Civil en se vertiente de seguridad exterior. Andrés de Castro García, Rodrigo Gaona Prieto, José Ignacio Antón Pérez y Clara Bañares Martín, editores. Editorial Aranzadi, S.A.U. 2023.
[2] https://opinion.cooperativa.cl/opinion/politica/reformas-en-west-point-y-la-academia-diplomatica/2012-12-15/111856.html
[3] El reto de la formación inicial de oficiales: lecciones aprendidas de Estados Unidos y España” de Enrique Gaitán Monje. El Proyecto GAR-SI Sahel. La Guardia Civil en se vertiente de seguridad exterior. Página 67.
[4] idem
[5] ¿Cómo Funciona el Mundo? Una Perspectiva desde la Geopolítica. Josep Baqués Quesada. Página 27. Editorial Tirant lo Blanch.2023.