Ya van más de tres años desde que los socios de las bolsas de comercio de Chile, Colombia y Perú decidieron unificar sus tres mercados accionarios bajo el Consorcio Regional Bursátil, conocido como Nuam. ¿La razón? Ninguno de los tres mercados es lo suficientemente grande y atractivo por sí solo como para captar recursos desde afuera de sus fronteras y abaratar el costo del capital, que tan alto es en nuestros países.
¿Y por qué es eso importante? Porque cuando el capital es muy costoso, como ocurre en nuestros países, no podemos financiar nuevos proyectos. Así de simple. Se dificultan las mejoras de infraestructura y las nuevas iniciativas de energía y minería. Cuando el capital es más costoso, disminuyen también los dólares en circulación, lo que encarece aquellos bienes que nuestros tres países importan ávidamente, desde químicos y medicina, pasando por tecnología, hasta automóviles y maquinaria. ¿Le extraña a usted el costo de pedir un crédito hipotecario para comprarse una casa? Bueno, es porque el capital está muy caro.
Y la cadena sigue. Se estanca la creación de puestos de trabajo y, por supuesto, el Estado no recauda lo necesario para financiar políticas públicas redistributivas focalizadas, tan cruciales para países con excesiva desigualdad como Perú, Colombia y Chile.
Nuam es, en ese contexto, una pieza clave para el desarrollo de nuestras economías; es un bien público. Por lo mismo, esta iniciativa debería ser tratada como una política de Estado. O de Estados, en este caso, pues se trata también de un modelo de integración regional anclado en la costa del Pacífico de Sudamérica.
Pese a la importancia de Nuam, el mundo financiero no está en el mejor pie. En Chile, Colombia y Perú las Administradoras de Fondos de Pensiones, las venas de nuestros sistemas financieros, han sufridos sendos y reiterados ataques. Por un lado, los retiros previsionales anticipados de la última década en Chile y en Perú han perjudicado notoriamente la salud de nuestros mercados de capitales. Por otro lado, la recientemente aprobada reforma de pensiones del Presidente Petro, en Colombia, podría tener efectos similares.
Sumado al ataque a las AFP y anclados en prejuicios ideológicos, los gobiernos de Chile y Colombia han descuidado a la Alianza del Pacífico, uno de los pocos proyectos integradores de la región que daba algún fruto. El gobierno de Perú, por su parte, subyugado a la inestabilidad política interna, no ha tenido la fuerza para reflotar el bloque.
Acá en Chile, en particular, Nuam Exchange y su CEO, Juan Pablo Córdoba, han hecho notables esfuerzos por consolidar esta agenda y hacer ver la importancia de un mercado de capitales único. El gobierno, aunque ha estado receptivo a la iniciativa, podría hacer más al respecto.
Al Presidente Boric le queda un año de gobierno real; luego vienen las elecciones. Nuam, a diferencia de otros grandes proyectos de infraestructura física y transformaciones regulatorias, ya zarpó y en 2025 debería estar operativo. ¿Por qué no aprovechar ese hito transnacional para promocionar una política pública de gran impaco? Las personas nos beneficiaríamos enormemente y en diversos frentes, desde créditos más asequibles para emprender y comprar viviendas, pasando por una mayor recaudación fiscal, hasta mayor estabilidad cambiaria. Piénselo, Presidente Boric, el gol está casi hecho.
Carlos Cruz infante
Country Manager Cefeidas Group Chile & Peru