El Presidente de China Xi Jinping desarrolló una intensa agenda de 10 días con visitas a Brasil, Argentina, Venezuela y Cuba. A su vez el Presidente Putin ocupó 6 días en un recorrido por Argentina, Brasil, Nicaragua y Cuba. América Latina y con más claridad el cuarteto geopolítico Buenos Aires, Caracas, La Habana, Managua mas el gigante de la región desde Brasilia aparecieron con nitidez en el radar de los intereses estratégicos, políticos y económicos de China y Rusia.
Nadie puede afirmar que se trata de un nuevo vínculo ni de intereses que antes no se hubieran reflejado. Sin embargo la interacción que se esta produciendo y la nueva densidad de la agenda dan cuenta de un nuevo estadio en las relaciones de interdependencia.
Da prueba de ello información relevante. China con una inversión al 2010 en América Latina de US 12.000 millones saltó al 2013 a US 261.750 millones marcando una diferencia significativa con Rusia que alcanza solamente los US 13.000 millones. Más allá de las cifras a Putin le importa el vínculo con una región donde encontró cuatro votos (Nicaragua, Bolivia, Venezuela y Cuba) de los once Estados que no apoyaron la resolución de la ONU que declaraba ilegal el referéndum en Crimea, mientras se abstenían Ecuador, Uruguay, Brasil y Argentina. Para ambas potencias extra continentales América Latina constituye preciada fuente de abastecimiento de recursos mineros, energéticos y alimenticios. Cuando China y Rusia definieron los países que privilegiarían y la localización de sus proyectos a no dudar tuvieron en consideración que esos socios favoritos requerían un apoyo que se les dificulta en los mercados y gobiernos de Europa y EE UU.
Cien acuerdos habría firmado Xi Jinping destacando inversión en ciencia y tecnología, el Banco de Desarrollo de los BRICS, minería de níquel, recursos petrolíferos, agricultura, gigantes inversiones hidroeléctricas en Argentina , proyectos en educación, construcción de mega obras de infraestructura como puentes , centrales y el Canal de Nicaragua. China ha marcado una nítida presencia en América Latina de evidente contenido económico con componentes políticos y culturales que hasta ahora no aparecían tan claros. Por su parte Rusia ha regresado para apoyar a viejos aliados donde el armamento entregado a Venezuela, la condonación de una deuda de US 35. 000 millones a Cuba e inversiones de apoyo al desarrollo nuclear unida a un Centro de Inteligencia Electrónica dan cuenta de una agenda estratégica. La envergadura, contenido y alcances de los acuerdos constituyen un cambio importante en el tablero de ajedrez geopolítico de la región.
En un mundo globalizado y libre sin duda es legítima la apuesta de ambas potencias. En ella América Latina y los socios privilegiados de esta nueva relación pueden encontrar importantes oportunidades. Sin embargo cuando dos mega actores del sistema internacional juegan fichas de tal magnitud resulta necesario asegurar que el nuevo escenario regional jamás se vea afectado por los intereses exógenos de esas potencias.
Fuente: El Mostrador